Comenzó el nuevo curso escolar, algunos niños y adolescentes de la Isla de la Juventud no estuvieron en condiciones de asistir a la fiesta que representa para ellos estar presentes en las escuelas ese primer día de encuentro con sus maestros y compañeros de clase.
Sucede que aún están convalecientes algunos porque durante las vacaciones varios fueron los que adquirieron dengue o alguna de las otras enfermedades, resultantes de la proliferación de mosquitos y demás agentes nocivos que las transmiten.
No es secreto para nadie que la sociedad cubana en general atraviesa un escenario complejo, complejísimo me atrevo a decir, porque no se trata solamente de la co-circulación de dengue, oropuche, casos de leptospirosis y COVID (que prevalece aun). Hay mucho más, más allá de las enfermedades en cuestión.
Los casos ya aquejados, en su mayoría, se recuperaron o están en ese camino. Si no fue en los primeros días, en algún momento nuestros niños convalecientes se incorporarán a las aulas. Pero ¿hemos pensado en los que pudieran contagiarse en el futuro?
Creo que no lo suficiente. Y eso se suma a las “complejidades” del momento, que incluyen la escasez de logística (dígase equipos, transporte, combustible y productos químicos para fumigar); se suman al problema nuestras actitudes.
Por ejemplo, no faltan quienes aseguran que el estado tiene la culpa de “los basureros”. Pero en medio de la crisis, el estado, aquí en esta Isla nuestra, se encarga de eliminarlos:
Más de ochenta vertederos de basura fueron “eliminados” en La Fe, y se dice que ya “nosotros mismos” los estamos “haciendo crecer” de nuevo. En breve comenzaron a limpiar Nueva Gerona y ojalá mantengamos en el tiempo los ampirroles sin desechos en derredor y las calles sin “el alimento” conque los mosquitos “nacen”, “se hacen adultos”, y “vuelan” hasta nuestra piel, a la piel de nuestros infantes.
Decía antes que co-circulan enfermedades que, como se sabe, pueden causar hasta la muerte. Pero indigna saber que co-circula también el cubano, el pinero que conoce dónde está la raíz del problema y, en vez de eliminarla, lo que hace es “echarle abono”. Y mosquitos, moscas, ratones “campean” en nuestras casas y nuestras vidas…
Ante la compleja realidad, ante la indolencia y la irresponsabilidad que la complejizan aún más, recordemos que hay niños que, este 2 de septiembre, no estuvieron en la fiesta de inicio de curso. Hagamos “una cruzada” contra los agentes transmisores y digamos: “Con nuestros niños no. Hagamos sostenible y responsable la higiene ambiental que demanda el momento.
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