A medida que Estados Unidos se prepara para sus próximas elecciones presidenciales, surge la cuestión de cómo el resultado podría influir en la política exterior del país, especialmente en relación con América Latina y, en particular, con Venezuela.
En entrevista con Sputnik, Sergio Rodríguez Gelfenstein, experto en relaciones internacionales y globales, analiza las posibles implicaciones de un triunfo de Donald Trump o de Kamala Harris en las elecciones. Según Gelfenstein, independientemente de quién resulte victorioso, la política hacia Venezuela podría seguir una línea de continuidad, aunque con ciertos matices importantes si el republicano Trump regresa al poder.
“Una política de Estado y bipartidista”
Rodríguez Gelfenstein plantea de entrada que la política exterior de Estados Unidos se caracteriza por ser una política de Estado y bipartidista. “Si bien es cierto que entre los dos partidos, entre el republicano y el demócrata, existen algunas diferencias en materia de política interna, sobre todo en materia de política fiscal, en cuanto a la política exterior no hay diferencias, hay matices”, comenta.
En esta línea, el experto señala que, desde la Administración de Barack Obama, cuando Venezuela fue declarada una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, la postura estadounidense hacia el país suramericano ha mantenido una continuidad.
Esa política fue reforzada por Trump y se ha mantenido durante el mandato de Joe Biden. En palabras de Gelfenstein, “la política (…) tuvo continuidad con Trump, republicano, y ahora ha tenido continuidad con Biden, demócrata”.
El factor Trump: ¿una ventana de oportunidad para Venezuela?
Si bien el experto hace hincapié en la continuidad de la política exterior estadounidense en administraciones de ambos bandos, señala que un regreso de Donald Trump podría abrir una “ventanita de oportunidad” para Venezuela.
Esta posible apertura no surge, explica, de un cambio de percepción hacia el país latinoamericano, sino más bien de la naturaleza pragmática del expresidente republicano que, como empresario, tiende a tomar decisiones en función de los intereses económicos inmediatos.
“No porque Trump ame a Venezuela y tenga deseos de que Venezuela mejore su situación, sino que… son pragmáticos”, afirma Gelfenstein.
La actual crisis energética derivada del conflicto en el Medio Oriente y las sanciones contra Rusia ha generado un alza en los precios del petróleo, situación que Trump ha prometido abordar.
Para Rodríguez Gelfenstein, Venezuela podría ser vista por Trump como una opción atractiva debido a su proximidad geográfica y la posibilidad de obtener petróleo sin necesidad de incurrir en altos costos de seguridad militar. En sus palabras: “una mirada al mundo para ver dónde puede conseguir petróleo le señala que tiene un petróleo a cuatro días de navegación, donde no tiene que poner bases militares, donde no tiene que poner soldados”.
Esta lógica podría incentivar a Trump a considerar algún tipo de normalización en las relaciones con Venezuela, al menos en el plano energético. Según el experto, la Asociación de Petroleros de Estados Unidos ha enviado cartas a Trump solicitando que reevalúe las relaciones con Venezuela en términos energéticos.
Por otro lado, si Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, llegara a ganar, Gelfenstein prevé una continuidad sin grandes cambios en la política hacia Venezuela.
A su juicio, Harris probablemente seguiría el enfoque de Biden, preservando las sanciones y manteniendo una postura rígida en relación con el Gobierno de Nicolás Maduro. “Si gana Kamala Harris, todo va a continuar igual”, asegura el experto, quien resalta que, en temas cruciales como la política migratoria y el apoyo a Ucrania, las diferencias entre demócratas y republicanos son mínimas.
En este sentido, Gelfenstein subraya que los matices entre ambos partidos no se reflejan en una alteración sustancial de la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina y, mucho menos, hacia Venezuela.
El caso CITGO: ¿un asunto de interés?
Uno de los temas más sensibles en la relación entre Venezuela y Estados Unidos es el futuro de CITGO, filial de la estatal PDVSA en territorio estadounidense.
CITGO, uno de los activos más valiosos de Venezuela en el extranjero, ha sido objeto de disputas legales y se ha visto afectada por las sanciones impuestas por Washington. Gelfenstein, sin embargo, considera improbable que la filial se convierta en una prioridad inmediata en una posible negociación entre ambos países, incluso si se mejora la relación.
“Yo creo que si hay un mejoramiento de las relaciones, va a ser un mejoramiento paulatino… Citgo no está presente. O una virtual entrega de CITGO no está presente”, enfatiza.
No obstante, en caso de que las relaciones se encaminen hacia un terreno de cooperación en el sector energético, Gelfenstein sugiere que CITGO podría eventualmente integrarse a la ecuación, debido a su infraestructura diseñada específicamente para refinar crudo venezolano.
América Latina y la Influencia de China, Rusia e Irán
A medida que Estados Unidos observa la expansión de la influencia de otras potencias globales en América Latina, surge la pregunta sobre si esta situación motivará un cambio en su postura hacia países como Venezuela.
La jefa del Comando Sur, Laura Richardson, ha enfatizado el incremento de la presencia de China, Rusia e Irán en la región, advirtiendo que la disminución de la “presencia” estadounidense ha abierto la puerta a estas potencias.
Para Gelfenstein, este “desamparo” al que Richardson hace referencia es en realidad una queja por la reducción de la injerencia militar estadounidense en la región.
“Cuando ella habla de desamparo, hay que entenderlo como injerencia; eso tiene que ver no solamente con un problema de personalidad de ella tiene que ver con que el presidente Biden le entregó el protagonismo de la política exterior de Estados Unidos y América Latina al Pentágono”, señala.
En este contexto, el experto considera improbable que Venezuela ceda a presiones externas para reducir sus vínculos con estos aliados estratégicos.
“Venezuela no va a limitar sus relaciones con China, con Rusia, con Irán, porque Estados Unidos lo desea. Venezuela tiene una política exterior independiente, decide quiénes son sus aliados, decide quiénes son en particular sus aliados estratégicos, y eso no va a ser cambiado por la opinión o la decisión que pueda tomar un funcionario del Gobierno de Estados Unidos”, apunta Rodríguez Gelfestein.
Tomado de Sputnik
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