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Protestas en Bolivia muestran que Morales “ya no tiene el monopolio del apoyo en el sector popular”

Publicación: 4 Dic, 2024

Categorías: Internacionales

Casi al cumplirse un mes de bloqueo indefinido, cientos de campesinos del trópico de Cochabamba tomaron tres regimientos militares en rechazo a la intervención policial-militar a los bloqueos. El expresidente pidió a sus bases que abandonen las carreteras y anunció que iniciará una huelga de hambre.

El Gobierno de Luis Arce logró lo que parecía imposible: desactivar la protesta nacional de los seguidores de Evo Morales sin que se lamentaran víctimas fatales. Luego de más de 15 días de bloqueo indefinido de las principales carreteras, fuerzas policiales y militares intervinieron en Parotani, el principal foco de los manifestantes, en Cochabamba. Como respuesta, las bases del expresidente en el trópico cochabambino tomaron tres cuarteles militares, robaron armas y tomaron a soldados de rehenes.

Ante ello, Morales tomó la decisión de pedir a sus seguidores que depongan los puntos de bloqueo en todo el país. En conferencia de prensa en la sede las Seis Federaciones del Trópico, en la localidad de Lauca Ñ, reconoció que la toma de los cuarteles se le escapó de las manos: “Las bases rebasaron a las dirigencias”, aseguró.

Morales adelantó que iniciará una huelga de hambre en Lauca Ñ “para viabilizar el diálogo” con el Gobierno nacional en torno a dos temas: economía y política. El primer punto se refiere a la escasez de dólares y combustibles que este 2024 se registró en toda Bolivia. El segundo apunta a exigir el fin de la persecución de los dirigentes sociales.

Este reclamo incluiría al proceso que se le sigue en la ciudad de Tarija porque entre 2015 y 2016 habría tenido una relación con una menor de edad, con quien habría tenido una hija. Lejos de aceptar realizarse una prueba de paternidad, Morales optó por movilizar a sus seguidores en todo el país para pedir —en un primer momento— la baja de esta causa. Con el pasar de los días, sus dirigentes comenzaron a exigir la renuncia del presidente Arce.

Aunque aún no se pudo calcular el total de las pérdidas causadas al sector empresarial por estos días de bloqueo, se prevé que superarán los 300 millones de dólares.

El sujeto colectivo

Para el analista político Hugo Moldiz, el extenso bloqueo impulsado con Morales (2006-2019) obedeció a su interés por volver a la presidencia de Bolivia en las elecciones de 2025, a pesar de que la Justicia no lo habilitaría para un nuevo mandato.

“Ojalá que Morales deponga su interés particular y personal. Tiene que entender que un proceso político pertenece siempre a un sujeto colectivo. Por eso es importante que sean las organizaciones las que definan quién va a ser o no su candidato”, comentó.

Y reflexionó que de esta manera se hace un favor a la oposición política tradicional del país, que estuvo en la presidencia desde 1825 hasta 2005: “Evo se tiene que dar cuenta de que su posición es el caldo de cultivo del cual se alimentan los sectores fascistoides. Está generando un ambiente similar al de 2019″, cuando las fuerzas policiales y militares decidieron desobedecer al Gobierno democráticamente elegido.

Desbloqueo y toma

En la madrugada de este 1 de noviembre se inició la anunciada intervención policial en la población de Parotani, donde se encontraba el más grande de los 19 puntos de bloqueo del país. Cientos de uniformados llegaron desde la capital departamental. Pero el movimiento policial también provino de la ciudad de La Paz, que avanzó hacia Cochabamba para desbaratar otros cortes de carretera en poblaciones intermedias como Sayari y Bombeo.

Contaban con el apoyo de soldados de las Fuerzas Armadas, quienes al igual que los policías no llevaban armamento letal, solamente gases y balas de goma.

Los bloqueadores respondieron con piedras y dinamita. Por ello terminaron heridos 19 policías y un fotoperiodista, Jorge Ábrego. Según el Ministerio de Salud, uno de los uniformados fue herido de bala en un pie.

Como represalia, los seguidores de Morales tomaron tres cuarteles militares situados en el trópico de Cochabamba, zona de cultivo de hoja de coca para consumo tradicional, aunque parte de ella se desvía ilegalmente para producir cocaína.

“A todo el pueblo boliviano informarle que el Regimiento Cacique Juan Maraza ha sido tomado por las ocho centrales del TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure). Han cortado el agua, la luz, nos han tomado como rehenes”, dijo el jefe militar del cuartel en un video filmado por los afines a Morales. El comandante, como otros 20 soldados, tenían las manos atadas.

“Lo único que pedimos es una pronta solución, que no se intervenga el bloqueo de Parotani, ni ningún bloqueo, ya que la vida de mis instructores y soldados está en peligro. Por favor mi general, solicito a su autoridad pueda considerar que estamos aquí familiares, padres hijos, hermanos”, continuó. Este video se volvió viral rápidamente.

La virulencia de los manifestantes ya se había sentido días atrás, cuando un contingente policial que se dirigía al cruce Cacachaca, en el departamento de Oruro, donde había un bloqueo. No pudieron llegar porque fueron baleados presuntamente por francotiradores ubicados en los cerros. Además, a finales de octubre los seguidores de Morales tomaron una estación policial en la población cruceña de Mairana, donde robaron armas y gases.

Las semanas de bloqueo y desabastecimiento en las principales ciudades también afectaron al Gobierno, ya que varios sectores de la ciudadanía, así como organizaciones privadas exigían la liberación de las carreteras. Incluso los gobernadores de Santa Cruz y La Paz pidieron la declaración del “estado de sitio” en Cochabamba.

En un mensaje en redes sociales, el presidente Arce afirmó que los rehenes “no intervienen en ningún operativo, solo están resguardando sus unidades. Ellos son de origen popular, y muchos también tienen raíces indígenas originarias, como los policías a quienes estos grupos irregulares están disparando con armas letales y lanzando dinamitas” en los puntos de bloqueo.

En búsqueda de sangre

Para Moldiz, la toma de los recintos militares representó un acto de desesperación dirigido a buscar el derramamiento de sangre, lo cual sería políticamente perjudicial para el Gobierno de Arce.

“No solo fue un signo de desesperación de las facciones de Morales, sino una provocación, que abrió las puertas a un desenlace dramático que no queremos ninguno de los bolivianos y bolivianas”, evaluó Moldiz, quien fuera ministro de Gobierno durante el mandato de Morales.

Y agregó: “La toma de recintos militares fue una convocatoria a instalar el conflicto y, por lo tanto, forzar a una resolución militar del conflicto, porque en ninguna parte del mundo las Fuerzas Armadas tolerarían un hecho de esta naturaleza”.

Para Moldiz es evidente que Morales resultó el gran perdedor de esta batalla, producida por una pésima lectura de la realidad: “Mi percepción es que se jugó a una estrategia de suicidio político“, porque la protesta de 19 días solamente sirvió para alejarlo más de la población, según el analista.

“Con el bloqueo, Morales se ha consolidado ante sus leales, pero se ha ido distanciando cada vez más de otras organizaciones sociales del campo popular, confirmando que ya no tiene el monopolio del apoyo en el sector popular”, evaluó.

Día tras día, el expresidente “se ha ido aislando mucho más de otros sectores sociales, sin cuyo apoyo político y electoral es inviable un proyecto político a futuro. Creo que su obsesión por su regreso al poder, además del pedido de cierre de los casos presentados ante la justicia, lo colocan a Evo Morales en un camino sin retorno a la política en términos de viabilidad de su proyecto”.

Para Moldiz, las trabas al Gobierno nacional no son recientes. “En los cuatros años de presidencia de Arce, Evo ha sido su principal opositor”, dijo y mencionó los créditos internacionales por millones de dólares que no se pueden usar porque el Senado (con mayoría evista) no los viabiliza en la Asamblea Legislativa.

“Evo lo ha dañado a Luis Arce. De esta manera Morales daña al Estado Plurinacional, al modelo económico, al proceso de cambio. Por ello estaría siendo absolutamente funcional a la estrategia norteamericana, que impulsó un golpe de Estado en 2019 para derrotar al proceso de cambio”, destacó.

Tomado de Sputnik

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