Este 28 de junio se cumplen 24 años del regreso del niño Elián González a Cuba. Para entonces ya su imagen su imagen había recorrido al mundo.
El pequeño de seis años volvía a la tierra natal, luego de perder a su madre en un naufragio cuando pretendía llegar a los Estados Unidos. Siete meses atrás, había sido rescatado y llevado al estado de La Florida, donde algunos familiares residentes allí lo retuvieron contra la voluntad de su padre.
Una generación de pineros, ya mayor de edad, aún no había nacido cuando el caso de este infante cardenense se convirtió en una batalla legal sin precedentes entre Estados Unidos y Cuba. Por eso, hoy recordamos: “La saga del niño Elián González” .
Cuando faltaban pocos días para celebrar un nuevo cumpleaños, el 22 de noviembre de 1999, su mamá, Elizabeth Brotons lo subió, junto a otras 12 personas, a una embarcación rústica para salir del país rumbo a Estados Unidos, bajo la promesa de residencia permanente de la Ley de Ajuste Cubano.
El bote zozobró en medio del océano, y 11 de los tripulantes perecieron. Él fue el único sobreviviente: “Me quedé dormido; cuando volví a abrir los ojos, no vi a nadie, no vi a mi mamá’. Ella me sujetó a la balsa y me dejó esa botella de agua”, relataría el niño después que fue rescatado.
El Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos lo puso bajo la custodia de Lázaro González, un tío-abuelo residente en la ciudad de Miami y quien solo lo había visto una vez.
El padre, Juan Miguel González, no supo de la salida hasta demasiado tarde. Entonces envió una carta al Ministerio de Relaciones Exteriores cubano para que tramitara ante las autoridades norteñas el regreso de Elián, mensaje también escuchado por el Consejo de Estado.
Enseguida Fidel recibió a Juan Miguel: ”Le manifesté que no tenía interés en ir allá, lo que quería era que me regresaran a Elián. Y Fidel me respondió: “A partir de mañana mismo se vuelca el pueblo, el país completo a hacer el reclamo”, así contó el padre en entrevista a Enrique Ojito.
Y así sucedió. El 5 de diciembre, frente a la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, centenares de jóvenes protestaron contra la retención del niño, preludio de lo que más tarde serían marchas multitudinarias y tribunas abiertas en distintas ciudades del país.
Como parte de ese proceso surgió el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda, cuya primera emisión, el 16 de diciembre de 1999 y titulada ¿En qué tiempo se puede cambiar la mente de un niño?, puso a dialogar a psicólogos, psiquiatras y pedagogos sobre la situación de Elián.
También el acontecimiento daría inicio a la llamada Batalla de Ideas, iniciativa de Fidel Castro que desarrolló más de 170 programas en las esferas sociales y económicas de Cuba.
El 5 de enero del año 2000 se reconoció en Estados Unidos el derecho de patria potestad de Juan Miguel González sobre su hijo, decisión respaldada por la fiscal general. El retorno quedó fijado para antes del 14 de ese mes, pero los parientes y grupos anticubanos de Miami apelaron y llevaron el caso ante los tribunales norteamericanos. Elián seguía secuestrado. Ya eran siete meses de pugna legal y mediática que terminaría a finales de junio.
El 28, Juan Miguel bajó con Elián en brazos por la escalerilla de la nave, en el aeropuerto José Martí de La Habana, a las ocho y cincuenta y tres minutos de la noche. Sobre la historia, el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez escribió: ‘el verdadero naufragio de Elián no fue en alta mar, sino cuando pisó la tierra firme en los Estados Unidos’.
Hoy, 24 años después, Elián González Brotóns es un joven cubano como cualquiera: es ingeniero que aporta con sus conocimientos al país que lo vio nacer. Elián es esposo y padre. Es el hijo de Cuba, le gustan la playa y el fútbol. Elián parece haber olvidado su secuestro impune y publicitado, pero recuerda su regreso junto a su padre, cuando ya sus imágenes habían recorrido el mundo, y eran símbolos de Cuba.
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