Desde la llegada de la Revolución Bolivariana al poder en Venezuela en 1998, el país ha estado bajo el escrutinio de la opinión pública internacional.
Y no es para menos, con la mayor reserva de petróleo como carta de presentación y el establecimiento de un modelo político lejos de la tutela de Estados Unidos, la nación suramericana devino en la preocupación más grande para un cúmulo de países occidentales acostumbrados a naciones dóciles y alineadas con sus intereses.
Todas las dimensiones del Estado venezolano fueron convertidas en laboratorios predilectos para campañas de desprestigio, sin embargo, una de ellas fue atacada con particular intensidad: el Sistema Electoral Venezolano.
Más de una veintena de elecciones entre presidenciales, regionales, enmiendas y referéndums constitucionales, han dado resultados que no han podido ser objetados al día de hoy. Sin embargo, con una nueva y crucial elección presidencial este 28 de julio, el Sistema Electoral de Venezuela adquiere relevancia.
El presidente del Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica, Nicanor Moscoso, explica a Sputnik Mundo que la fortaleza del sistema electoral venezolano reside en la decisión del Gobierno venezolano de “tecnificar al máximo el sistema de votación”.
“La decisión que tomó el Gobierno venezolano a través incluso de su propia Constitución, fue la de tecnificar al máximo el sistema de votación y eso lo conllevó a que antes del año 2000, entraran en la sistematización, es decir, en el uso de la tecnología, el voto electrónico para su sistema de votación. Fue una decisión política muy importante que en los diferentes países no la quieren tomar los políticos ni los gobiernos”, apunta el experto, quien ha participado como observador electoral en más de 140 elecciones en el continente desde 2005.
A juicio de Moscoso, la virulencia del ataque internacional contra el sistema electoral venezolano ha bajado en intensidad debido a que los partidos políticos de todas las tendencias “han participado directamente en las auditorías” y además han logrado ganar elecciones en las mismas condiciones y con el mismo sistema.
Blindar la voluntad del pueblo
Cuando se consulta en internet sobre si es confiable el sistema electoral venezolano, los buscadores arrojan un documento clarificador publicado por el mismo Consejo Nacional Electoral y titulado Mitos y Realidades del sistema electoral venezolano, en donde el órgano electoral hace un esfuerzo de síntesis por compactar la mayor parte de los cuestionamientos y darles una respuesta concisa.
Victor Theoktisto, PHD en computación, profesor titular de la Universidad Simón Bolívar, que además participó entre junio y julio del 2021 como auditor externo del Consejo Nacional Electoral, aporta en Sputnik detalles técnicos claves para entender por qué sería imposible vulnerar el sistema electoral e incluso hackearlo.
El proceso de votación venezolano plantea varias etapas que están pensadas para que cada segmento esté blindado a la manipulación. Theoktisto las esquematiza de una manera sencilla:
1.Identificación del elector hecho a través de la huella digital: En cada mesa hay un lector de huellas que contiene solo las huellas de las personas a las que toca votar. De esa manera, aunque un elector pretenda pasarse por otro llevando una identificación, la huella no coincidirá y no podrá votar.
2.Votación secreta: El votante hace su escogencia detrás de un paraván para que no se identifique su preferencia. Al presionar el botón de VOTAR, se imprime una papeleta con su voto. “El elector puede chequear directamente que su preferencia en respaldo físico, y este voto se deposita en una caja como resguardo, y de hecho es el principal elemento de auditoría que hace la elección inexpugnable”, explica.
3.Cierre del proceso de votación: Theoktisto recalca que al finalizar la elección, se cierra la máquina y se producen las actas totalizadas, que tienen impresos todos los votos “anonimizados de tal manera que no es posible adjudicar un voto a un votante específico, con códigos de barra y QR que tienen toda la información, más unos hashcodes calculados con base a lo anterior que permiten asegurar su autenticidad e integridad”.
4.Auditoria inmediata: El experto refiere que una de las claves de legitimidad y confiabilidad reside en que al concluir el proceso, mediante sorteo, la mitad de las mesas de cada centro son inmediatamente auditadas. Las papeletas de las cajas son cotejadas contra el acta de la respectiva mesa, para detectar discrepancias. “Nunca ha habido reportado más votos que votantes, un clásico en elecciones en otros países con sistemas manuales o menos seguros“, apunta Theoktisto.
5.Comunicación segura: En esta fase, la transmisión del acta se hace por medio de una comunicación vía modem en una red ad hoc separada que se usa apenas unos segundos y con protocolos similares de encriptado, hashcodes y desencriptado para asegurar que las actas de las mesas de votación recibidas son las mismas que se enviaron. “Esta es otra auditoría que se produce en el centro de totalización”.
6.Totalización y resultados: Los votos recibidos por cada candidato y partido son sumados en una sala de cómputo dentro del Consejo Nacional Electoral. “Este es un proceso tan sencillo que no hace falta experticia adicional. No importa en que orden vengan o se sumen los datos de las actas, siempre dará el mismo resultado. Y de nuevo, cualquiera que tenga las actas puede hacer su propio proceso de suma y llegará al mismo resultado”.
En conclusión, Theoktisto apunta que es “simplemente imposible” vulnerar el sistema electoral venezolano.
“Hackear asume que de alguna manera se puede acceder por internet a las máquinas. Eso simplemente no es posible porque no están conectadas, el software es cargado y la máquina bloqueada de un montón de maneras tanto físicas como protegida por redundancia, ofuscamiento, encriptamiento, hashcodes y cifrado seguro de la transmisión, con protocolos en ejecución que a la menor sospecha de una incidencia entran en ejecución”, sentencia el experto.
Tomado de Sputnik
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