“Los momentos más felices de mi vida han sido los previos al asalto al Moncada”, así se le escuchó decir a Jesús Montané durante un acto celebrado en la Biblioteca Nacional. Él, que había dejado su primera marca de patriota en el American Central School de Isla de Pinos, fue vínculo fehaciente entre los sucesos del Moncada y esta ínsula que habitamos.
Jesús Montané Oropesa nació en Isla de Pinos. En el colegio privado donde estudió solo se izaba la bandera de los Estados Unidos y él consiguió que también ondeara nuestra enseña patria. Entonces, estaba lejos pensar que integraría el núcleo fundador del movimiento revolucionario que llevó a cabo la acción armada del 26 de Julio de 1953.
En ese año ya Chucho era un hombre establecido en un cargo administrativo de la empresa automovilística General Motors en La Habana y su amigo más cercano tenía filiación ortodoxa. Acostumbraban ir al bar-café “Detroit”, en la calle Humboldt, para hablar de política. Eran Abel y él. Después se les unió Raúl Gómez García y un grupo de ortodoxos de Santos Suárez, y juntos fundaron un periódico clandestino que salió en la primera quincena de abril por tres ocasiones: Así hicieron contacto con Fidel.
Montané simpatizaba con Fidel desde antes, militaban en el mismo partido y un año antes le había facilitado la compra de un automóvil a plazos módicos. Chucho asumió la misión de ir con Abel a visitar, en el municipio de Colón, al doctor Mario Muñoz Monroy que era aficionado a la radio para establecer medios de propaganda. En este empeño también colaboró para la salida de un rotativo que sería dirigido por Raúl Gómez García.
Se intensificó la labor clandestina y Montané estaba entre los integrantes del Comité Civil del movimiento de “La generación del centenario”. Bajo la dirección de Fidel Castro, ese Núcleo lo integraron: Abel Santamaría Cuadrado, Oscar Alcalde, Mario Muñoz Monroy y Jesús Montané Oropesa.
También Chucho Montané, tuvo la responsabilidad de las finanzas. Después se supo que se reunieron alrededor de 22 mil pesos. Pero él nunca dijo que el aporte económico mayor fue el suyo, al entregar monto de sus ahorros y vacaciones.
Estuvo entre los más preparados en los estudios políticos que se realizaban en el apartamento de Abel… También demostró ser certero en las prácticas de tiro; y cuentan que, en la granjita Siboney, a las 4 en punto de la madrugada del 26 de julio de 1953, ansiaba ser de los primeros en salir al combate.
Esta es una breve semblanza del Montané del Moncada, revolucionario de extenso expediente, y vínculo perpetuo entre aquella hazaña y la ínsula que habitamos, su natal Isla Pinos.
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