Los días 31 de mayo y primero de junio se realizará en la Isla de la Juventud, como en todo el país, el ejercicio popular Meteoro 2024, dirigido al fortalecimiento de las capacidades de preparativos y respuestas para enfrentar peligros de desastres de origen natural, tecnológico y sanitario.

Cerca están los días para puntualizar acciones en las que se involucre a todo el pueblo para mitigar los efectos de la temporada ciclónica que comienza en Cuba a partir del primer día del mes de junio y el ejercicio Meteoro lleva las medidas que se puedan tomar en esta jornada a que fue convocada, pero cuidado que se necesita hacer mucho más.

Según publicación oficial de la Revista cubana de Meteorología: Para la temporada ciclónica 2024 se pronostica la formación de veinte ciclones tropicales en toda la cuenca del Atlántico Norte, once de los cuales podrán alcanzar la categoría de huracán. Del total de ciclones tropicales, catorce pudieran desarrollarse en el área oceánica del Atlántico, cuatro en el mar Caribe y otros dos  en el golfo de México.

Las probabilidades de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe son muy altas, del 85% y que uno de procedencia atlántica penetre en el Caribe, que es de un 70%. El peligro de que Cuba sea afectada por al menos un huracán es de un 80% de probabilidad. Aún mayor es el peligro para Cuba de que al menos un ciclón tropical la afecte, con una probabilidad muy, muy alta.

Es difícil que por estos días no exista cubano que no clame por un aguacero, estamos en Mayo y la zona occidental del país brilla por la ausencia de la bendita agua que cae del cielo, nosotros los pineros cada mañana miramos al cielo y rogamos por esa bendición, faltan seis día para junio y ahí están los pronósticos, eso debe ponernos también en alerta.

Algunas tareas podemos ir ejecutando, el Meteoro no es ejercicio exclusivo de empresas y centros de trabajos, desde cada casa, el barrio y Consejo Popular se debe preparar para enfrentar la temporada, no llueve como es normal en el quinto mes del año, pero si se pueden realizar las podas ligeras, la recogida de basura y escombros en los patios, los aseguramientos de techos y fachadas y el resguardo de bienes tanto personales como sociales.

Bien sabe cada cubano el por qué debemos estar preparados, tenemos por experiencia al Gustav, tan devastador como una bomba nuclear para el sistema ecológico, y aunque parezca algo descabellado preparar un plan de emergencia familiar ante el inicio de la temporada ciclónica es clave para mitigar cualquier riesgo.

Accesorios y materiales como para emprender un aseguramiento optimo quizás no los tengamos a manos en estos tiempos, pero igual son momentos de emprender eso que es común y prima entre los cubanos, la solidaridad entre nosotros en ciertas circunstancias eso flora y constituye un ente que nos ha permitido enfrentar esos terribles momentos de ciclones poderosos.

Debemos estar bien preparados para enfrentar este tipo de amenazas. Es primordial que la tarea comience por cada persona y familia, y que parta del conocimiento que se tenga de las vulnerabilidades de nuestras residencias, su estado constructivo, resistencia de techo, paredes, ventanas y puertas ante fuerte vientos, posibilidades de derrumbe y filtraciones, y peligro de inundación en caso de estar en zonas bajas, cercanas a ríos, canales, cañadas o zonas costeras.