Un estudio realizado por un grupo de científicos rusos reveló que la combinación de nicotina y bebidas energéticas en jóvenes de 18 a 20 años puede provocar envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los investigadores advierten sobre las consecuencias irreversibles de estos hábitos nocivos.
La investigación llevada a cabo por una estudiante de la Universidad Médica Estatal de Sarátov en Rusia (SSMU), que ha sido la primera de este tipo y fue publicada en la revista científica Week of Russian Science, estos hallazgos tienen una gran relevancia en un contexto donde las bebidas energéticas son muy populares entre los jóvenes de hoy en día y se prevé que su consumo se multiplique por 2,5 de ahora a 2029 en comparación con el inicio de esta década, según la SSMU.
Es bien sabido que afectan negativamente a las células nerviosas humanas, aumentan los niveles de hormona tiroidea y elevan las concentraciones de iones de calcio. No obstante, hasta hace poco no estaba claro el alcance de los daños causados por la combinación de bebidas energéticas con nicotina, señalan los investigadores.
“Yo estudio en una universidad de medicina con una gran carga de trabajo académico, por lo que muchos estudiantes recurren a las bebidas energéticas para mantenerse despiertos más tiempo. Fumar también es un hábito muy extendido entre los jóvenes, así que tenía curiosidad por explorar sus efectos combinados”, explica la estudiante de tercer curso en la SSMU y una de las autoras del estudio, Nicol Klochkova.
En su investigación, los científicos de la SSMU observaron un aumento de la presión arterial y la frecuencia cardiaca junto con niveles elevados de colesterol. También identificaron marcadores que indicaban daños en el hígado y las células pancreáticas.
“Yo aconsejaría a los jóvenes que no dañaran su organismo solo por dos o tres horas más de vigilia, porque las consecuencias, si no son inmediatas, inevitablemente se harán notar más tarde. Estos efectos pueden ser irreversibles. Dentro de diez años, muchos sentirán el impacto de sus hábitos, y a los 30, sus cuerpos podrían parecerse a los de personas de 60 años”, alerta Klochkova.
Destaca que cada año las enfermedades cardiovasculares son más frecuentes entre los individuos más jóvenes, por lo que es esencial evitar los hábitos nocivos que aumentan los riesgos de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio.
“Los resultados del estudio tienen un importante valor clínico predictivo y pueden utilizarse para prevenir el abuso de bebidas energéticas y el tabaquismo entre la población joven trabajadora de Rusia”, afirma la profesora titular de la SSMU e investigadora principal del estudio, Galina Uriádova.
La profesora agrega que futuras investigaciones profundizarán en los efectos del etanol, la nicotina y las bebidas energéticas en los cuerpos jóvenes.
Tomado de Sputnik
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