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Por qué mi gato me muerde cuando lo acaricio

Publicación: 12 Oct, 2024

Categorías: Curiosidades

Seguramente habrás experimentado esta situación.

Estás tranquilamente, acariciando a tu gato en un ambiente relajado y calmado, y de repente recibes un mordisco que te deja perplejo.

A simple vista, esta reacción gatuna podría parecer un acto de rebeldía o de mal humor, pero ¿sabes realmente lo que está sucediendo?

Este comportamiento, que muchos tachan de esquizofrénico, en realidad tiene una explicación que se basa en la biología y en la conducta inherente de nuestros amigos felinos.

En este post te voy a explicar cuál es la razón detrás de este peculiar comportamiento, y te daré algunos consejos para gestionar esta reacción, reduciendo así los mordiscos no deseados.

Además, vamos a repasar las señales que los gatos nos dan antes de llegar al punto de mordernos, para que puedas anticiparte al mordisco y parar a tiempo.

¿Por qué tu gato te muerde cuando le acaricias?

La respuesta a esta pregunta es en realidad muy sencilla, y radica en la sobreestimulación y en cómo los gatos perciben el mundo a través de su piel.

Se trata de un fenómeno conocido como “agresión inducida por caricias” o sobreestimulación.

Y aunque pueda sonar extraño, es una realidad en el mundo felino. Te explico en qué consiste.

Al acariciar a tu gato, en un principio, le estás proporcionando una sensación placentera.

Esto se debe a que los gatos tienen receptores táctiles en los folículos pilosos distribuidos por todo su cuerpo.

Estos receptores son capaces de registrar el placer de ser tocados.

Sin embargo, los gatos tienen un umbral de sensibilidad que, una vez cruzado, convierte el placer en molestia o incluso dolor.

Imagina que alguien te da una palmadita en la espalda en señal de aprobación. Te sentirás bien. Pero si esa persona continúa dándote palmadas en la misma zona, al final se volverá molesto y querrás que se detenga.

Lo mismo ocurre con tu gato, al principio disfruta de las caricias, pero si continúas, acabará por sentirse incómodo.

Ten en cuenta que este umbral de sensibilidad no es estático, varía de un gato a otro, e incluso en diferentes momentos para un mismo gato.

Los receptores táctiles de los felinos son de acción rápida, pero a veces no se desactivan como deberían, manteniendo a tu gato en un estado de sobreestimulación.

Cuando esto sucede, tu gato necesita que el estímulo cese de inmediato, y su reacción es morderte para que te detengas.

Es crucial entender que tu gato no te está mordiendo porque quiera hacerte daño o porque esté enfadado contigo. Su cuerpo le está pidiendo que detenga el estímulo, y la manera más rápida de lograrlo es dándote un mordisco.

Es una respuesta fisiológica a una sensación que se ha vuelto irritante o dolorosa para ellos.

Esto no significa que no debas acariciar a tu gato, sino que debes aprender a leer las señales que te está dando, y en el siguiente apartado te voy a explicar cuáles son.

Pero antes, también quiero mencionarte la otra razón por la que tu gato puede morderte al acariciarle. Es menos frecuente, pero debes conocerla.

Si la agresión aparece cuando le acaricias en un punto concreto de su cuerpo, debes considerar que tu gato esté sintiendo dolor.

Puede que sea un dolor con el que lleva conviviendo tiempo, y te lo haya ocultado a la perfección, pero el dolor se volverá molesto cuando le tocas en ese punto.

Si sospechas que esta es la razón, haz una visita al veterinario para que le pueda hacer un chequeo.

Pero si no es el caso, atento al siguiente apartado.

Por qué tu gato te muerde cuando le acaricias

¿Cómo saber si un gato ya no quiere más caricias?

Aprender a interpretar el lenguaje corporal de tu gato es esencial para evitar cruzar ese umbral de confort y recibir un mordisco desagradable.

Estas son las señales en las que debes fijarte:

  • Movimiento de la cola: Si mientras lo acaricias, su cola comienza a moverse de manera agitada, es una señal de que podría estar sintiéndose incómodo.
  • Aplanamiento de las orejas: Cuando las orejas de tu gato se aplanan o se giran hacia atrás, es una indicación de que no está disfrutando las caricias en ese momento.
  • Se le eriza el pelo de la espalda: Si notas que el pelo de su espalda empieza a erizarse, es el momento de dejar de acariciarle.
  • Pupilas muy dilatadas: Las pupilas dilatadas pueden ser un indicador de que tu gato se siente sobreestimulado o ansioso.
  • Dejar de ronronear: El ronroneo es normalmente una señal de confort y placer. Si tu gato deja de ronronear de repente mientras lo acaricias, podría estar diciendo que ya ha tenido suficiente.

Estas señales pueden variar ligeramente de un gato a otro, así que lo mejor es pasar tiempo observando y aprendiendo las respuestas y el lenguaje corporal específico de tu gato.

No todos los gatos son iguales y lo que puede ser una señal clara en un gato, puede ser diferente en otro.

Pero, ¿qué pasa si tu gato suele morderte y tú lo que quieres es relajarte acariciándole?

Bueno, pues resulta que hay formas de conseguir que tu gato disfrute durante un buen rato de tus caricias sin que aparezca la sobreestimulación, y te voy a dar las tres claves para conseguirlo.

Consejos para que tu gato no te muerda cuando lo acaricias

3 consejos para que tu gato no te muerda cuando lo acaricias

Toma nota ahora de estos consejos para disfrutar de un agradable rato de caricias con tu gato sin miedo a que te muerda.

1. Juega con tu gato

Jugar con tu gato es más que solo diversión, es una terapia esencial para ambos.

Al interactuar jugando, no solo estrechas los lazos con tu felino, sino que también le ayudas a liberar energía acumulada, que puede ser la raíz de la sobreestimulación durante las caricias.

Piensa que tu gato se pasa todo el día metido en casa. Si no hace ningún tipo de ejercicio, las reservas de energía estarán completamente llenas, y llegará mucho antes a la sobreestimulación.

Con una simple sesión de juego al día le estarás ayudando enormemente, ya que gastará toda esa energía que le sobra.

Procura que el juego dure al menos 5 o 10 minutos, e intenta imitar con el juguete el movimiento de un animal.

No obstante, visita este post si quieres aprender a jugar correctamente con tu gato para que se canse.

Pero ahora bien, el ejercicio no es lo único que debes hacer. Hay otras dos cuestiones que también debes tener muy presentes.

2. Deja que sea tu gato el que pida las caricias

Uno de los secretos para disfrutar de un buen momento de mimos con tu gato, es permitir que él tome la iniciativa.

Resulta que nuestros amigos felinos tienen sus propios términos sobre cuándo y cómo desean recibir caricias.

El Instituto de Zoología de la Universidad de Zurich, descubrió en un estudio que cuando es el gato el que se acerca al humano, la interacción entre ambos dura más tiempo y es más positiva (fuente).

La idea es clara: si tu gato es quien decide el momento de las caricias, las disfrutará mucho más.

Aquí te presento un método sencillo pero efectivo: acércate a tu gato, extiende tu mano hacia él, a unos pocos centímetros de su cara, pero sin llegar a tocarlo.

De esta manera, le estás mostrando tu intención, dejando la decisión en sus patas. Esta técnica es conocida como la prueba de consentimiento.

Si tu gato decide acercarse y roza su cabeza con tu mano, ¡bingo!, es una señal de que está dispuesto a recibir caricias.

En este punto, mantén tu mano en calma y permite que él guíe la interacción, llevando tu mano hacia las áreas que desea que le acaricies.

Ahora, un consejo extra durante la sesión de mimos: en vez de caer en la tentación de acariciar a tu gato ininterrumpidamente, haz una pausa cada cierto tiempo y permítele a él pedir más caricias si es lo que desea.

Si tu gato es de los que tiende a mostrar agresividad durante las caricias, estas pausas permitirán que él reinicie el contacto en sus propios términos.

Si no muestra interés en continuar, es un buen momento para darle espacio. Así evitarás un posible mordisco y aprenderás a entender mejor las señales de tu gato.

¿Tiene lógica, verdad? Vamos a ver ahora el tercero y último de los consejos.

3. Aprende a acariciar a tu gato

Puede que creas que sabes acariciar a tu gato, pero lo cierto es que la mayoría de las personas se equivocan en la manera y el lugar de hacerlo.

No se trata solo de pasar la mano sobre su pelaje. Hay zonas que a los gatos les encanta que les acaricien y otras que prefieren mantener sin tocar.

Además, la forma en que mueves tu mano y la presión que aplicas también cuentan.

Esto puede sonar un poco complicado, pero no te preocupes, porque en este post de explico más a fondo cómo y dónde acariciar a tu gato.

Tomado de zonagatos

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