La obra artística del destacado cineasta cubano Humberto Solás Borrego, se extendió más allá de las fronteras cubanas por su singular aliento creativo, que lo hizo merecedor de un importante lugar dentro de la cinematografía cubana y latinoamericana.
Su estilo particular, excepcional y único estuvo dirigido a la búsqueda de un cine que partiera de las emociones y los sentimientos de los personajes, enfocado también en la motivación del espectador, a provocar sus reflexiones, preguntas y contradicciones. Estilo singular que partió de un meticuloso estudio y observación de cada texto y escena, de una intención revelada desde la mirada de otro.
Su filmografía se centró en el sexo femenino, con una mirada muy sensible, apenas con 24 años dirigió “Manuela”. La sensibilidad de Solás lo acercó al mundo de las mujeres con una mirada muy particular. No por casualidad siete de sus filmes tuvieron nombre de Mujer.
La labor cinematográfica de Solás contribuyó, en alguna medida, a romper esquemas y tabúes al que estaban sometidas las mujeres. Así sucedió, por ejemplo, con varias de sus protagonistas femeninas, como las tres Lucías de la película homónima del año 1968; también con Amada y Cecilia en sus respectivos contextos.
Su primer largometraje, “Lucía”, ha sido considerado por la crítica mundial como una de las diez películas más importantes en la historia del Cine Iberoamericano. “Creo que si hay tres grandes cineastas en Cuba uno de ellos sin lugar a dudas fue Solás”, dijo Miguel Barnet, para quien Solás es una figura insustituible de la cultura cubana y particularmente del cine contemporáneo.
“Solás penetró en la luz interior de Cuba y reflejó la historia del país en todos sus filmes”, indicó el novelista, poeta y antropólogo. Con una filmografía desarrollada a lo largo de más de 40 años, que incluye “El Siglo de las Luces” (1991), “Miel para Oshún” (2001) y “Barrio Cuba” (2005), Solás tuvo el don genial de lanzarse a la creación en grandes producciones con un éxito que será cada vez más reconocido, opinó Barnet.
Agregó también el escritor que: “Luego incursionó en lo que llamó el cine pobre, de pocos recursos materiales, pero siempre con la impronta de su talento”.
Es un compromiso perpetuar a este maestro del cine cubano como uno de los más connotados realizadores, cuando se cumple el aniversario 16 de su fallecimiento. Humberto Solás fue un cubano que encontró en la cinematografía la expresión eficaz para comunicarse y provocar las emociones, esas que le merecieron siempre, a partir de la escena, numerosos lauros, pero sobre todo el reconocimiento de su público.
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