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La defensa de la cultura desde un buen cubano

Publicación: 17 Sep, 2024

Un habanero de pura cepa, nacido en el popular barrio de Los Sitios, supo, a golpe de puro ingenio y talento musical, inscribir su nombre y cementar fama y gloria dentro y más allá de nuestra geografía.

Era alto y delgado. ¿Su nombre? José Fernández Díaz, y fue conocido sencillamente como Joseíto Fernández. Como otros artistas de humilde cuna, Joseíto, fue zapatero, y vendedor de periódicos y revistas.

Sin embargo, poseía un singular sentido musical, por lo cual devino intérprete y compositor. Inició su devenir artístico en un trío que fundó con los hermanos Guido y Juan Llorente.

Especialistas de la obra de este juglar precisan que en el decenio de los años veinte de la anterior centuria integró varios sextetos cultivadores del Son, entre ellos “Los Dioses del amor”, y “Juventud Habanera”. Además, lució su voz bien timbrada y afinada con un grupo de charangas, y defensores del danzón.

Joseíto Fernández se identificó enseguida con los elementos del punto cubano. Así las cosas, explotó sus dotes de cantante e improvisador, factores que le posibilitaron ganar prestigio rápidamente. Contaba con un extenso registro vocal y un ángel especial para la tonada, todo lo cual le valió el sobrenombre de Rey de la Melodía, que lo acompañó siempre.

Su popularidad subió cuando una firma jabonera de la época lo contrató para que interpretara su composición Guajira Guantanamera en el programa radial El suceso del siglo, de la emisora nacional CMQ. Un repentista escribía las décimas que recreaban el hecho y Joseíto las cantaba colocándole como estribillo el de la Guantanamera. Tal hecho mantuvo la popularidad de la canción.

La Guantanamera siguió haciendo historia. Refleja una nota que en la década de los 50 le fueron adaptados los Versos Sencillos martianos y más adelante el folclorista y compositor norteamericano Pete Seeger, montó la canción. Desde entonces, y a lo largo de los años, la Guajira Guantanamera fue objeto de más de 150 versiones.

Pero Joseíto Fernández no fue solo la Guajira… El destacado intérprete y compositor cubano rubricó más de 40 composiciones, entre guajiras son, boleros, guarachas, el son y el pregón, y hasta el guaguancó.

La disquera Puchito le grabó “Canta el piano”, “Mi madre y mi tierra”, y “Así pienso”. En  1956 grabó para la disquera internacional RCA Víctor, con la Orquesta Aragón; 20 años después, en 1976, grabó un LP para la cubana EGREM, con varias obras suyas y de otros autores del patio.

Joseíto Fernández siempre se mantuvo en su país. Recibió innumerables propuestas, pero nunca abandonó el terruño. Aquí, en su Cuba bella, cantó siempre el Rey de la Melodía. Cantó a la vida, cantó a la mujer, cantó a su pueblo… Y así mereció ser recordado siempre,  vestido de impecable blanco, y con su sombrero de jipijapa en la diestra agradeciendo los aplausos.

A 116 años de su natalicio, este cinco de septiembre,  llegue el reconocimiento de todo el pueblo a este hombre de la cultura cubana.

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