“Triste Patria sería la que tuviese el odio por sostén” , nos dejó dicho José Martí.

Somos una estirpe heredera del Apóstol siempre amoroso, sin embargo, no podemos negar que abundan las cuestiones movidas por el odio. Incluso creo conveniente que odiemos algunas cosas. Y a ellas dedicaré estos minutos:

Me parece odioso que la mentira, la invención y el delirio cobren vida en la construcción de matrices contra Cuba: Hay “paladines de la Patria” en cualquier lugar del mundo, cuyas armas de combate caben en una pantalla pequeñísima.

Desde ellas abren fuego encendido en apoyo, por ejemplo, a los intereses geoestratégicos estadounidenses que, tras el fracaso de los planes golpistas en Venezuela, tratan de involucrar al Estado cubano en presuntas prácticas de represión, espionaje, persecución y tortura en ese país.

Bien se conoce que no es Cuba quien estuvo detrás de la campaña mediática para socavar la institucionalidad venezolana, desconociendo la voluntad de la mayoría. Es repudiable tanta maldad.

Los likes se mueven y hacen virales mentiras tremendas. Hay quien se autoproclama patriota y ve con buenos ojos que el Gobierno de Estados Unidos califique a Cuba como país promotor del terrorismo, con el fin de  justificar el bloqueo genocida contra este pueblo, mientras permite que en su territorio se alienten y desarrollen con total impunidad actos terroristas.

Me parece odiosa la creciente obsesión porque los cubanos nos enfrentemos los unos contra los otros, odiosa la crispación y la manipulación de la realidad cubana resultante de las políticas imperiales. Odiosas las incitaciones a levantarse en las calles o a ejercer violencia para provocar cambios políticos…

“Triste Patria sería la que tuviese el odio por sostén” ,  nos dejó dicho El Maestro. Las generaciones de hoy crecimos con Martí de nuestro lado. Sin embargo, contra quienes apostamos por la paz y el amor, son frecuentes las acciones promovidas por ese sentimiento que no sustenta ideología alguna, y que, a fin de cuentas, enfrentamos con nuestro actuar y nos hace más fuertes.