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El 26 era necesario para la patria

Publicación: 2 Nov, 2024

Categorías: Isla de la Juventud

A esta hora del día 24, el plan de acción estaba concebido. Consistía en sorprender a la guarnición del Moncada por un grupo de 90 revolucionarios directamente al mando de Fidel, entrando por la Posta 3. Una docena de automóviles debía desplegarse delante de las barracas, y sus ocupantes capturar a los soldados, requisarle las armas y después ponerlas en manos de todo el cubano que quisiera combatir contra la tiranía batistiana.
Mientras, un grupo donde estaría Raúl Castro, tomaría el Palacio de Justicia, desde cuya azotea era visible todo movimiento dentro del recinto militar: allí sería emplazada una ametralladora. Otra escuadra, al mando de Abel Santamaría, tomaría el Hospital Saturnino Lora para atender a los heridos. De forma simultánea, un contingente asaltaría el cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo para cortar la Carretera Central en el puente sobre el río Cauto, e impedir la llegada de refuerzos desde Holguín.
Amanece el 24 de julio: Fidel, con algunos de sus compañeros, se trasladaba a la zona oriental del país. Después de visitar a Melba y a Abel, salieron en dos autos: Recorrieron Calabazar, Boyeros, Santiago de las Vegas y El Cerro. Continuaron por Marianao, el Vedado, y de ahí a la calzada de Güines y a la carretera central…
A la altura de “Rancho Boyeros”, tuvieron un incidente con un oficial de patrulla, el cual propuso una multa porque no se detuvieron en un “Pare”. Fidel los persuadió, les dijo que iban rápido “a esperar a una familia que llegaba al aeropuerto”. La policía los dejó continuar la marcha. Después Fidel, con su buen humor característico, comentó: “¿quién les habrá dicho a ellos que a esta hora llegan aviones?”.
Ese viernes llegó a Bayamo. El equipaje de Fidel consistía en una guayabera, un libro de Lenin y una copia mecanografiada del Manifiesto que se proponía leer para llamar al pueblo a tomar las armas y sumarse a la lucha definitiva contra el régimen.
El líder de los revolucionarios se hospedó brevemente en el hotel “Gran Casino”. Allí se reunió con los con los jóvenes que funcionarían como jefes de escuadras, y les detalló la forma en que distribuirían los uniformes y armas.
Alrededor de la 10 de la noche Fidel partió de Bayamo, y llegó Santiago de Cuba a las 12. Se bajó en la Plaza de Marte a tomar un café.
Las congas, las comparsas y el bullicio de bailadores y bebedores estremecían la noche carnavalesca oriental… De allí, irían para la granjita Siboney; y, en pocas horas, aquellos jóvenes entrarían a la gloria…

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