La Resolución 225 del Ministerio de Finanzas y Precios entró en vigor hace apenas una semana. Establece la regulación temporal de precios minoristas máximos para productos de alta demanda como pollo, aceite comestible, (excepto el de oliva, detergente, leche en polvo, salchichas y pastas alimenticias.

Obviamente es “muy temprano” para hacer una valoración del impacto de dicha legislación, ni es mi propósito: ya lo harán “los entendidos” a su debido tiempo.

Lo que sí es válido comentar es que todavía los precios son altos y están lejos de lo que el pueblo espera y necesita. En la Isla de la Juventud uno llega a cualquier punto de venta, las Mipyme, y otros “actores” económicos colaterales, y ve la tablilla de colores nada chocantes. Pero a la derecha, de frente, en negrísimos tonos, están los precios: “unos pesos menos en algunos casos; alrededor de un centenar en otros, como el de la leche; pero todo fuera del alcance de la mayoría. Y ahí “muere” la aspiración de asumir el papel de cliente después del “tope”; y es “fallida” la esperanza de llevar algo a casa.

“Igualitico” que antes, dijo un anciano al volver la espalda con su jaba vacía. Muchos ancianos de la Isla “duelen”, porque es demasiado tiempo en esta “puja comercial” que poco los ha favorecido a ellos, los más vulnerables de hoy, y que antes fueron guardianes de la revolución, trabajadores del surco, de la construcción, maestros, combatientes internacionalistas, padres ejemplares… 

Triste realidad, especialmente la de ellos, y la de nuestros niños y la de nosotros mismos… Entonces surge una pregunta pensando en la presumible única tabla salvadora: ¿Cómo el Estado va a resolver esto? Pues bien, la regulación temporal de precios minoristas máximos para productos de alta demanda, mediante la mencionada Resolución, es uno de los pasos a favor de contener el alza de la inflación, y desenredar la madeja sin punta que es la economía actual. Y usted coincidirá conmigo en que se trata de algo que no se resuelve de “la noche a la mañana”.

La puesta en vigor de los precios topados pudiera experimentar  no pocos tropiezos. De hecho ya es un asunto polémico. En principio, pudiera verse afectada la oferta de algunos de estos reglones en los establecimientos minoristas, porque los proveedores (mayoristas) también se acogieron al “Tope” recién establecido. Y ya usted sabe: “los de abajo” declaran que no “les da resultado”, y no compran, no traen. Y así las cosas, tendremos noticias.   

Pero lo que sí no debe dudar nadie es que el gobierno intenta ventilar, oxigenar, y hacernos más fácil la vida, lo cual depende también de una “cosa” llamada sensatez y que es inherente al ser humano. La verdad verdadera la resume magistralmente un titular el periódico Granma, el mejor que he leído por estos días: “Que el control de los precios sea un movimiento popular”   No cabe, entonces, ninguna actitud dilatoria. Existen en los territorios canales de comunicación para denunciar violaciones de la normativa; y las que se reciban en el Ministerio de Finanzas y Precios se remitirán a las provincias correspondientes. Recordemos que se dijo que el objetivo de estos días iniciales no es ir a los extremos, sino persuadir, pero existe la voluntad de hacer cumplir lo que se ha establecido. La inflación podría “ceder” solo con el concurso de todos.