Es cierto que, en estos tiempos, en el mercado del empleo compite mucho la imagen de la persona que aspira a un puesto de trabajo, y no estoy hablando de Europa ni de otra parte del mundo. Estoy hablando de Cuba cuando leemos un anuncio para solicitar empleadas ponen como requisitos que sean jóvenes, altas, de buena figura y blancas, yo me preguntó ¿porque existe esa discriminación a la hora de buscar empleo?
Se ha vuelto de moda en nuestro país, que, para esos empresarios, sobre todo de restaurantes, bares, cafeterías, lugares donde se atienden turistas, las voluptuosidades y redondeces del cuerpo femenino tienen el mayor porcentaje de aceptación a la hora de hacer la elección o ¿acaso es un casting? Sí, porque parece que se tratara de una selección para un rol artístico en televisión o cine.
Si bien se conoce que las féminas constituyen un objetivo de impacto prioritario para la publicidad. Esos anuncios enaltecen un estereotipo de género, el cual marca como indispensable ser joven, bonita y esbelta. Dicho de otra manera, permanecen las ideas de que una chica puede vivir de su belleza y de su cuerpo y dejan a un lado su inteligencia.
Hoy en día la apariencia física está sometida a cánones de belleza ejercida por la propia industria, afectan en gran medida las posibilidades laborales, sobre todo en aquellas áreas de trabajo que implican una exposición pública. Se va más allá aspecto físico.
Y lo peor es que no se puede hacer mucho o nada contra quien no te contrata por ser fea, de más edad, de raza negra, porque no vas a poder demostrarlo.
La búsqueda de chicas de busto pronunciado, cintura de pocos centímetros, cara bella, esbeltez y marcada coquetería que hacen torcer el cuello al cliente, está marcando tendencia que deja en desventaja a las que no tienen esos atributos, pero sobre todo fomenta la discriminación y afianza el estereotipo de la mujer como objeto publicitario y sexista.
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