Próximamente se desarrollará en la Isla de la Juventud un genuino acto de democracia participativa: la rendición de cuenta de los delegados del Poder Popular a sus electores, un ejercicio respaldado por la actual Constitución.

Serán las primeras correspondientes al XVII (Décimo séptimo período de mandato), las cuales, por la situación que atraviesa el país, fueron aplazadas el pasado año hasta que fueron convocadas en días recientes para el período entre el 20 de septiembre y el 15 de noviembre venideros.

De modo que los 83 delegados que integran la Asamblea Municipal del Poder Popular en el municipio especial se preparan para este proceso en medio de la compleja situación, de la cual no han salido el país NI la Isla.

Limitaciones de toda índole afectan hoy a los pobladores de la ínsula, puede ser que algunas desde el período anterior, cuyas inquietudes fueron recogidas como entonces como planteamiento, a los cuales deberá responder el delegado esta vez. Y puede que la solución NO esté.

Po este motivo, y quizás un poco porque “la gente piensa como vive”, el delegado a veces es cuestionado. Pero ¿se trata realmente de un débil trabajo por parte de éste? Puede que Sí en algunos casos, pero no es la generalidad.

En múltiples ocasiones en la Isla de la Juventud se ha visto cómo el delegado realiza una valiosísima y humana labor con los ancianos, las personas vulnerables y en la movilización del barrio para afrontar determinadas situaciones.

¿Que todos actuaron de la misma manera, con tal entrega, empeño y sacrificio en bien de los demás? ¡Claro que NO! Pero, sin ánimos de justificar, pensemos en que más allá del compromiso revolucionario y la voluntariedad para ejercer esta labor como líder comunitario, este debe recibir de forma sistemática una capacitación, cada vez más apegada a las circunstancias actuales; para que logre al menos, sin incomprensiones, resolver los problemas más acuciantes.

De las más de 50 mil reuniones que tendrán lugar en el país, alrededor de 324 se realizarán el territorio pinero. Los delegados ofrecerán a sus electores información actualizada sobre la localidad y el estado de los planteamientos.

Asistamos a ellas con la visión de que quien rinde cuenta es el primer eslabón de la cadena de gobierno. Plantear nuestros problemas e insatisfacciones en las comunidades, o resaltar lo que se ha hecho, es nuestro papel.

Claro está que evaluar el trabajo de quienes escogimos para representar nuestros intereses es un deber, pero pensemos sobre todo en que este es un ejercicio de democracia participativa para seguir construyendo el socialismo desde los barrios.