La asistencia de niños con diferentes discapacidades a los centros docentes especializados es una prioridad para el Estado Cubano, de ahí, que se garanticen los recursos para la Educación Especial.
En la Isla de la Juventud existen 4 instituciones de este tipo, estas son la escuela primaria José Martí, la que atiende problemas visuales José Antonio Echevarría, la de trastornos de la conducta Omar Ramírez y el Hogar para niños sin amparo familiar, así lo declaró José Ricardo Abad, metodólogo municipal del nivel educativo aquí.
El transporte, la base material de estudio y de vida, la alimentación y la garantía de los profesionales que atienden las diferentes especialidades son algunos de los beneficios con que cuentan los menores que estudian en esta tipo de educación.
Otra de las vías para llevar el proceso docente hasta los alumnos que por problemas de salud no acuden a una escuela, son las maestras ambulantes, que les llevan las clases y otras orientaciones hasta las casas y con ello garantizan una educación acorde a las necesidades especiales de cada uno y sus familias.
El apoyo de la comunidad y de las autoridades a los niños que presentan dificultades es vital para lograr una mejor inclusión social y que ganen autonomía, siempre que el caso lo permita.
Antes del triunfo revolucionario, la Educación Especial era escasamente para la elite burguesa de la sociedad, es a partir de 1959 es que comienza en Cuba la atención organizada, masiva y sistemática de los niños que precisaban de los servicios de este tipo de Educación, devenida por los cambios profundos que se produjeron en las estructuras y en las relaciones socioeconómicas del país.
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