Recientemente, el 21 de septiembre, el mundo celebró el Día Internacional de la Paz, establecido por la ONU en 1981 como una jornada para promover el cese de la violencia y el fortalecimiento de los valores de convivencia, respeto y justicia. En Cuba, esta fecha cobra especial relevancia tras la reciente conclusión de la Semana de la Paz, una iniciativa que movilizó a centros educativos, medios comunitarios y organizaciones juveniles en todo el país.
Durante esa semana, se desarrollaron actividades culturales, encuentros intergeneracionales, espacios de reflexión y campañas comunicativas que reafirmaron el compromiso de Cuba con la paz como principio esencial de su política exterior y de su vida social.
Cuba ha abogado históricamente por la preservación de la paz, tanto en el ámbito nacional como internacional. Ejemplos de ello incluyen: Su papel activo en negociaciones de paz, como el acompañamiento al proceso de paz en Colombia entre el gobierno y las FARC-EP.
La promoción del desarme nuclear, siendo uno de los países firmantes del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares. La defensa del multilateralismo y la no intervención, en foros como la ONU y el Movimiento de Países No Alineados. El impulso de la cooperación médica internacional, enviando brigadas de salud a países en crisis como expresión de solidaridad y compromiso humanitario.
En territorios como Isla de la Juventud, este compromiso se traduce en acciones concretas: proyectos ambientales, cápsulas radiales que promueven la memoria viva, campañas juveniles y espacios de formación que fortalecen el tejido social. La paz, en este contexto, no es una consigna abstracta, sino una práctica cotidiana que involucra a toda la comunidad.





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