Un 10 de julio del año 2004, brotaba un proyecto que emanaba amor, gratitud y compromiso, con el firme propósito de devolver la luz a miles y miles de personas. Este surgía gracias a la colaboración e iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro, en coordinación con Hugo Chávez presidente de Venezuela en aquel entonces.
Comenzaba así la Operación Milagro, un programa de fuerte impacto social y enorme trascendencia mundial encaminado a la atención integral de pacientes con disímiles afecciones oculares.
La muestra más visible y conmovedora se puso en marcha, durante ese año, se realizaron 18 845 intervenciones quirúrgicas a pacientes venezolanos, fundamentalmente en el Centro de Microcirugía Ocular enclavado en el Instituto Cubano de Oftalmología Oftalmológico Ramón Pando Ferrer.
Los resultados quedaron literalmente ¡a la vista!, en poco tiempo los profesionales de la Isla superaron las cirugías previstas y tres meses después, 14 mil latinoamericanos se habían atendido tanto en el Pando Ferrer como en centros de las provincias de Holguín, Camagüey y Santiago de Cuba.
Se consideraba una misión sin precedente en la historia de la colaboración oftalmológica en el mundo, y hace una expresión más del carácter internacionalista de nuestra medicina.
En los próximos años, la Operación Milagros se extendía así a otros países del Caribe y a varios del Centro y Suramérica, se habilitaron Centros Oftalmológicos en varias naciones, lo cual acercó la asistencia a los más necesitados, beneficiándose pacientes de más de treinta países.
Para enfrentar esta tarea, además se adquirieron equipos de alta tecnología y se rehabilitaron los servicios oftalmológicos en el país. Además, se adiestró a un elevado número de especialistas, enfermeros, técnicos e ingenieros de la nación antillana y se creó la Facultad Cubana de Oftalmología que permitió la formación de más de 1000 especialistas.
La legendaria Operación Milagro, facilitó testimonio diario de amor y amistad en infinidades de naciones, donde los médicos cubanos, entregaron amor con ejemplar dedicación a salvar vidas, curar dolencias, y devolver la visión, como un homenaje al líder Histórico Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, inspirador y guía de esta tarea de gigantes, donde los médicos cubanos eran vistos como dioses caídos del cielo.
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