El Gobierno cubano denunció este lunes que el reciente memorando de la actual Administración de Estados Unidos contra la Isla responde a una intensificación de la política de “máxima presión”, impulsada por intereses políticos internos en ese país. Así lo declaró Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, durante el programa Mesa Redonda.
Aunque el documento emitido por EE.UU. no incluye justificaciones explícitas, Fernández de Cossío apuntó que una posible razón estaría vinculada con la influencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a quien describió como descendiente de migrantes cubanos y vinculado a sectores anticubanos que han respaldado su ascenso político.
“Una de las razones por las que se aplica este reforzamiento de la política de máxima presión contra Cuba pudiera estar vinculado con la influencia del secretario de Estado de la nación norteamericana y descendiente de migrantes cubanos, Marco Rubio, que podría estar recibiendo presiones de los sectores anticubanos que han financiado su carrera, que lo han impulsado políticamente y lo han puesto en el (cargo) donde está ahora”, expresó.
De acuerdo con el diplomático, este nuevo impulso a la política hostil contra Cuba se produce en el contexto de una línea de acción más amplia dentro de la política exterior estadounidense. “Tal vez le estén demandando que esta euforia que existe en la política exterior de EE.UU. de imposición de la paz por las vías de la fuerza, que es la nueva doctrina de política exterior… le estén pidiendo algo similar con Cuba”, añadió.
Como parte de esta estrategia, el funcionario cubano señaló que el Gobierno de EE.UU. decidió recurrir a la Proclama Presidencial de Seguridad Nacional de 2017, reeditarla y modificarla para adaptarla a los fines actuales. Esa proclama sirvió como base para el memorando que refuerza las sanciones y restricciones contra la isla caribeña.
Fernández de Cossío sostuvo que otro posible objetivo del memorando es enviar una advertencia o escarmiento, en un contexto donde la política agresiva hacia Cuba no cuenta con amplio respaldo dentro de la sociedad estadounidense ni dentro del propio gobierno. En su criterio, la falta de consenso obliga a buscar medidas simbólicas.
El viceministro también advirtió que el memorando contiene un componente claro de intimidación contra el pueblo cubano. A su juicio, el mensaje de Washington busca transmitir que se aproxima una etapa de mayor agresividad, en un intento de quebrar la voluntad de resistencia de la población cubana.
Fernández de Cossío cuestionó esta intención, subrayando la resistencia histórica de la sociedad cubana frente a las agresiones externas. “Como si el pueblo cubano fuera fácilmente intimidado”, comentó de forma irónica. En ese sentido, la postura del Gobierno cubano es de rechazo y denuncia ante lo que considera un acto hostil injustificado.
Además, el funcionario reafirmó que la política de “máxima presión” ha demostrado ser contraproducente para los intereses generales de Estados Unidos, al generar efectos negativos no solo en Cuba, sino también en la comunidad cubana radicada en territorio estadounidense y en las propias agencias del Gobierno norteamericano.
Fernández de Cossío recalcó que estas acciones no están dirigidas al bienestar del pueblo cubano, sino a satisfacer las demandas de grupos de presión con una agenda específica. Alertó sobre los efectos de tales medidas, que limitan la interacción normal entre personas, obstaculizan los viajes y restringen actividades económicas legítimas.
Asimismo, indicó que las medidas incluidas en el memorando se inscriben en un patrón histórico de confrontación, pero adoptan nuevas formas de presión que buscan debilitar el tejido social y económico cubano. Cuba, expresó el viceministro, está preparada para resistir esta nueva etapa de agresiones.
Durante su intervención, Fernández de Cossío insistió en que este tipo de políticas no cuenta con sustento legal ni respaldo moral, y que su aplicación constituye una violación del derecho internacional. Señaló que Cuba continuará denunciando estas acciones ante los foros internacionales y mantendrá su defensa de la soberanía.
El diplomático concluyó que el pueblo cubano no cederá ante la presión externa, y que mantendrá su derecho a decidir su destino sin injerencias. Aseguró que la nación caribeña seguirá adelante, enfrentando los desafíos con firmeza y unidad nacional frente a cualquier intento de desestabilización.
Tomado de Radio Rebelde
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