En medio del silencio perpetuo del planeta rojo, una imagen reciente ha encendido la imaginación tanto de científicos como del público general.
En medio del silencio perpetuo del planeta rojo, una imagen reciente ha encendido la imaginación tanto de científicos como del público general. La sonda Perseverance, que continúa su meticuloso descenso por la ladera inferior de Witch Hazel Hill en la región del cráter Jezero, ha captado una roca de apariencia inusitada.
El lugar donde fue avistada ha sido bautizado como Port Anson, un sitio de transición geológica entre formaciones claras y oscuras.
La fotografía fue tomada el 11 de abril de 2025 (día marciano 1472 de la misión) por la cámara Mastcam-Z, instalada en el mástil del explorador robótico. En ella se aprecia una roca flotante, es decir, una piedra que no forma parte del sustrato local y que probablemente fue transportada allí desde otra parte del planeta.
Pero lo que más llama la atención es su forma: angulosa, erosionada, oscura… y, con algo de imaginación, semejante a una calavera. Por ello, los científicos le han dado un apodo inquietante: Skull Hill.
Skull Hill
La textura y color oscuro de la roca contrastan fuertemente con el entorno claro que la rodea. En su superficie se distinguen pequeñas cavidades y, en el suelo cercano, es posible observar esferulitas (esferas diminutas que podrían ofrecer pistas sobre su origen geológico).
La investigadora Margaret Deahn, estudiante de doctorado en Purdue University, explica que estas oquedades podrían haber surgido por la erosión de clastos incrustados o por el desgaste constante del viento marciano. Este tipo de rocas oscuras ya ha sido hallado anteriormente en la región, lo que ha generado una creciente curiosidad en el equipo de la NASA sobre su procedencia y composición.

Esta imagen del rover Perseverance de la NASA en Marte, un mosaico del Microimagen Remoto SuperCam (RMI) procesado por fusión, muestra parte del objetivo «St. Pauls Bay», obtenido desde la zona inferior de Witch Hazel Hill, en el borde del cráter Jezero. La imagen revela cientos de extraños objetos esféricos que componen la roca.
¿Cómo se formó?
Una hipótesis inicial consideró que Skull Hill podría ser un meteorito, teoría inspirada por el hallazgo de cuerpos metálicos en el cráter Gale, detectados años antes por el rover Curiosity. Aquellas rocas estaban compuestas principalmente por hierro y níquel, una combinación clásica en meteoritos caídos tanto en la Tierra como en Marte.
Sin embargo, los datos recogidos por el instrumento SuperCam, que analiza la composición química de rocas a distancia, descartan esta posibilidad para Skull Hill. Su contenido no coincide con el de los meteoritos, lo que obliga a pensar en otras opciones.
Una de las teorías más plausibles sostiene que esta roca oscura es de origen ígneo: podría haberse formado por el enfriamiento de magma o lava en alguna región volcánica cercana, para luego ser desplazada por la fuerza de un antiguo impacto o por procesos erosivos. Este tipo de rocas, ricas en hierro y magnesio, suelen contener minerales oscuros como la olivina, el piroxeno o la biotita. La propia textura de la roca y sus colores intensos parecen dar peso a esta conjetura.
Afortunadamente, Perseverance está equipado con instrumentos diseñados precisamente para este tipo de investigaciones: mediante espectroscopía láser y análisis de rayos X, puede determinar la composición mineralógica con notable precisión.
El pasado geológico de Marte
El enigma de Skull Hill no es menor: es una pequeña pieza del rompecabezas que constituye el pasado geológico de Marte. Su estudio puede revelar tanto detalles sobre el vulcanismo marciano como pistas sobre los impactos que han modelado su superficie. Incluso, en un nivel más especulativo, algunos investigadores no descartan que estas rocas floten hasta lugares como Port Anson transportadas por eventos extremos de agua líquida en el pasado remoto, cuando Marte aún tenía ríos y lagos.
Este tipo de descubrimientos nos recuerda que, incluso a cientos de millones de kilómetros, en un mundo aparentemente desierto, existen secretos que esperan ser revelados. Quizás nunca sepamos con certeza si esta “calavera” marciana es producto del azar o un vestigio de algo más profundo. Pero su imagen ya ha quedado grabada en nuestra memoria colectiva como un símbolo del misterio que aún guarda el planeta rojo.
Tomado de nationalgeographic
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