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El desafío de ser maestro

Autor: Webmaster

Publicación: 8 Nov, 2025

De pequeña ella interpretaba el papel de maestra. Tenía un aula en el patio de la casa: los alumnos eran algunos peluches y un gato peludo y sucio por el polvo pertinaz del barrio.

Era aquel su juego preferido. A veces impartía lecciones vestida aún con el uniforme, acabada de llegar de la escuela. Muchos regaños le costó el aula a cielo abierto donde soñaba “a enseñar”; sin embargo, siempre pudo más lo que en ella era vocación.

Por eso estudió en la Formadora de Maestros, y en las prácticas profesionales pasó por las aulas de casi todos los grados de una escuela primaria en Pinar del Río. Lo hizo con asesoría de otros más viejos (de los que quedan pocos, pero quedan). Después de graduada asumió un grupo de 25 niños de primer grado. Es el recuerdo más bonito que guarda de aquellos años, porque protagonizó la etapa en que esos infantes aprendieron a leer y escribir, a formarse como personas, a compartir la merienda y escoger los amigos…

Ella se hizo maestra y por eso un día llegó a la Isla de la Juventud. La acogió un plantel con naranjos en el jardín. Allí dio lecciones, igual que lo hizo en los tiempos de su niñez. Le gustaba enseñar a contar, a sumar y multiplicar con los carros que pasaban “para abajo” y “ para arriba” al costado del semi internado Abel Santamaría…

Después de cada jornada, ella debía estudiar: un Seminario o una Clase práctica la esperaban en la entonces Filial Pedagógica en La Demajagua: allí se hizo Licenciada. Hoy, esa escuela amada es el Superior Pedagógico Carlos Manuel de Céspedes de la Isla de la Juventud, de donde se jubiló ella, luego de que “sus fuerzas” ya “no eran las mismas”.

Ella se llama “no sé”: puede llamarse Margarita, Saida, Haydée, o Migdalia… Incluso puede tener nombre masculino… porque ella es un ejemplo; uno que se repite en los cientos de maestros que llevaron una vida cimentada en el amor y el sacrificio. Ella es un paradigma que representa “el claustro” de quienes nunca dejaron de estudiar, porque “los niños saben mucho y te hacen preguntas muy fuertes, y además hay mucha tecnología”…

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