Desde el primer repique de las campanas de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, Nueva Gerona despertó envuelta en emoción. Era el anuncio de su aniversario 195, una mañana distinta, marcada por el orgullo y la memoria, en la que la ciudad se reconoció a sí misma en cada gesto solemne y en cada latido compartido. La bandera de la estrella solitaria fue honrada con respeto, las notas del Himno Nacional Cubano estremecieron el aire y la lectura del Acta de Constitución devolvió al presente los cimientos de una historia construida con sacrificio, amor y esperanza.

En medio de ese hilo simbólico, quedó develado el Monumento a las Madres, un acto cargado de ternura y gratitud. Fue el abrazo colectivo de una ciudad agradecida a esas mujeres que dan vida, sostienen familias y escriben, muchas veces en silencio, la historia más profunda de esta ínsula hermosa. Madres de Nueva Gerona, raíz y refugio, fuerza y corazón de una ciudad que se distingue por la nobleza de sus hijos.

La jornada continuó floreciendo con la premiación del concurso “Una ciudad que florece”, un instante de celebración genuina, donde el arte, el baile y la alegría se fundieron gracias a las presentaciones de La Colmenita Corazón Feliz, que llenó el espacio de risas, sensibilidad y futuro.

Como colofón de esta celebración, se inauguró la muestra homenaje del reconocido fotógrafo Jaime Prendes, dedicada a Nueva Gerona en su aniversario 195. Diez imágenes detienen el tiempo y revelan la esencia más íntima de la ciudad: sus calles que guardan historias, sus silencios elocuentes, sus luces cotidianas y, sobre todo, su gente. En cada fotografía late la identidad pinera, esa que no necesita explicación porque se siente.

A esta jornada cargada de simbolismo se suma, además, la entrega del Premio de la Ciudad de Nueva Gerona, reconocimiento que honra a quienes, con su obra y compromiso, han contribuido de manera extraordinaria al desarrollo espiritual, cultural y social de la ciudad.
Esta celebración no se limita a los actos ni a las palabras. Se vive. Es un canto colectivo, un acto de amor y de memoria, un tributo a una ciudad que no envejece, que se reinventa y que, a 195 años de su nacimiento, continúa latiendo con fuerza en el orgullo y el corazón de su pueblo





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