Pudiera decirse que los precios compiten con los aviones  porque así de alto andan cada vez sin que desciendan en beneficio de los ciudadanos.

Al detenernos y mirar la tablilla de las ofertas, ya sea de un restaurante cualquiera,  no importa su categoría, o de un centro de trabajo por Cuenta Propia, aumentan vertiginosamente, también en un simple servicio recibido, hay que estar bien preparados para los importes que se requiere pagar.

Hoy en el Municipio Especial, vuelven a la moda los combos, por ejemplo, ahora usted encuentra un pomo de aceite con chupachupas, o acompañado de otros productos de lento movimiento, a un valor por encima de mil pesos, es una manera de obtener más ganancia con el aceite, producto muy demandado en la cocina.

Inexplicablemente este rejuego a la vista de todos, ocurre cuando el Ministerio de Finanzas y Precios  fijó hace tiempo precios topados para renglones como el propio aceite y que hoy su venta la acompañan con otros productos, que en ese momento NO son de   interés del que acude a buscar solo lo que realmente necesita como por ejemplo el propio aceite. Hoy son muchas la manera de ganar más dinero del bolsillo de las arcas personales.

Son disímiles los métodos empleados como el empleo de jabitas de nailon con productos del campo como el boniato, ofertado a excesivos precios sin saberse  inclusive de su calidad ni el peso.

Es una batalla campal que se debe librar todos los días, son tiempos difíciles, hay carencias y dificultades eso lo comprendemos, pero  nada justifica  a los que buscan la forma de engordar sus bolsillos a costa del sacrificio del pueblo.

Ante tal realidad, la batalla tiene qué ser sistemática, no solo de inspectores, también del propio pueblo que tiene que denunciar y exigir por sus derechos constitucionales.