En Vivo

Changüí Guantánamo: 80 años de un ritmo alegre

Publicación: 8 Dic, 2025

Categorías: Culturales

Guantánamo, A sus ochenta años, el grupo Changüí Guantánamo no solo mantiene su ritmo, sino que lo vive, lo sueña y, cada nota, la regala a Cuba y al mundo.

   En una de sus recientes presentaciones, Rey Velázquez Navarro, director de la agrupación, habló sobre el colectivo musical a la Agencia Cubana de Noticias con la calma de quien ha cuidado una llama por décadas.

   Detalla que esa travesía comenzó un 11 de agosto, cuando el «Changüí Profesional» (como se llamó al inicio) nació con cinco músicos y dos parejas de baile, guiados por los hermanos Latamblé, Arturo, Capullo, entre otros, y luego por siguientes generaciones como Escambrón, y Bella en el baile. 

   «Hoy, con la cuarta generación de changüiseros, la formación se mantiene fiel a su origen: cinco músicos y una pareja de baile y tratamos de cuidar lo más rico que se pueda; para muchos fuera de la provincia es difícil, pero para nosotros, los que lo cultivamos, es el pulso natural”, reflexiona quien lleva alrededor de una década en el grupo.

   A su lado, Yolexy Rodríguez, hijo del Sinsonte (quien fuera el cantante principal), asiente con una energía que parece lista para saltar hacia la marímbula que domina, y su voz se carga de emoción al trazar la ruta que este sonido del grupo ha hecho por el mundo.

   Relata que el primer viaje fue a  Nueva York en 1989, luego Holanda (Países Bajos), Bélgica en 1992, España en el 95, y el gran salto: un contrato con la discográfica Planeta Aurora, que también llevaba a Compay Segundo y la Orquesta Aragón, hizo que el grupo conquistara escenarios en Francia, Inglaterra, Alemania, «lugares donde gustaba el changüí», dice, aunque también fueron a México y Venezuela.

   “El changüí es el padre del son”, explica Yolexy, y en su afirmación hay un orgullo profundo, «en el tres descarga casi como en el jazz”, y lo dice quien, con la cuarta generación, en 2017 compartió escenario en el Festival de Jazz, en New Orleans con Los Van Van y el Septeto Santiaguero, en demostración de que este ritmo guantanamero dialoga sin complejos con cualquier género.
   Sin embargo, el mayor reconocimiento internacional llegó en 2020 al ganar el premio Latin Grammy, con el disco Este es nuestro changüí, producido por Fernando Dewar del Septeto Santiaguero.

   Entonces firmaron con la discográfica cubana Egrem, hecho que recuerdan con  satisfacción, también por los premios obtenidos en Cubadisco 2003 y 2021.

   La esencia, insisten, está en la formación, los integrantes, llegados de Yateras, La Sidra, en El Salvador, y otros barrios del municipio de Guantánamo, son guardianes de un formato sagrado, donde el núcleo reside en esos cinco instrumentos fundadores que definen su sonido y que aún mantienen. 

   «Otros usan violín o flauta, pero nuestro changüí es guayo, maracas, bongó, tres y sobre todo, la marímbula», Yolexy, su custodio del alma del bajo changüisero, habla con devoción de su evolución, desde la tumbandela -un hoyo en la tierra con una cuerda de tripa- que dio paso a la botijuela, hasta llegar al instrumento de nueve flejes perfeccionado por José Olivares Pérez en los 50 años del grupo.

   “Si no está la marímbula, no hay changüí, sentencia. Con ella es que baila el bailarín, con ese tumbao», además el baile, arrastrando los pies, es la expresión física de ese ritmo único, el cual, según Yolexy, quieren mantener “bien sincopado, bien rico, para alegrar los corazones con deseos de llorar”. 

   Para estos dos apasionados, el grupo es una segunda piel y una responsabilidad inmensa, Rey habla de la unión familiar que los sostiene al destacar que cualquier problema de uno es de todos, un detalle que condensa la filosofía del grupo.

   Yolexy, por su parte, revela la filosofía tras el escenario: «a veces llegamos con problemas o enfermos, pero el público no puede sentirlo y si no hay corriente igual, estamos ahí, pues el changüí se hacía sin luz.

   «Además nuestro trabajo es alegrar corazones, después que terminemos si hay que llorar, lloramos», dice, aunque detalla que hay una magia en ello al decir «no sé qué tiene el changüí que en esos momentos se nos quitan los dolores”. 

  Ya cuentan con cuatro discos: Ahora sí, Changüí Cumbancha, Hay un no se qué y Este es nuestro changüí, mientras planean una nueva producción discográfica para este año o el próximo; ahora, ambos miran hacia atrás, no con nostalgia, sino con gratitud.

   «Llevar tradición octogenaria que nos dejaron grandes personalidades es un orgullo y nos pone muy contentos, es lo mejor que nos ha pasado, hacemos lo que nos gusta, ponemos al público a bailar, y al final eso es lo que se quiere, que cuando piensen el changüí, recuerden lo bien que los hicimos sentir», coinciden, » y seguiremos, si Dios quiere, por los siglos, ahí estará Changüí Guantánamo para rato».

  Ochenta años después, no celebran un aniversario, sino un latido que sigue fuerte, sincopado y dispuesto a alegrar, hoy y siempre, los corazones del mundo.

Publicaciones relacionadas

0 comentarios