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Fabelo, el arte que siempre convoca

Publicación: 1 Dic, 2025

El Museo Nacional de Bellas Artes acoge desde el 21 de noviembre la exposición “Médula”, la más reciente propuesta del artista cubano Roberto Fabelo, quien vuelve a convocar al público a un viaje profundo por los territorios simbólicos de la condición humana.

La muestra reúne pinturas, dibujos e instalaciones que sintetizan parte esencial de su producción de los últimos años, y que dialogan entre sí sin jerarquías ni recorridos rígidos, como un mapa abierto a múltiples lecturas.

En “Médula”, Fabelo invita a mirar más allá de lo aparente: a penetrar en esas capas internas donde conviven lo real, lo fantástico y lo íntimo. Sus figuras humanas, animales híbridos y personajes en transformación construyen una reflexión sobre la identidad, la memoria colectiva y los desafíos cotidianos de una sociedad que emerge, necesita y aspira, pero que también estalla como las cafeteras y las ollas de presión que evocan su obra bajo la tensión de sus propios procesos.

Roberto Fabelo, Premio Nacional de Artes Plásticas, ha marcado profundamente la visualidad contemporánea cubana. Su impacto trasciende fronteras gracias a un lenguaje propio, reconocible y universal: un imaginario donde conviven lo grotesco y lo bello, lo absurdo y lo esencial. A lo largo de décadas, su trabajo ha dialogado con audiencias de distintos países a través de exposiciones personales, obras monumentales en espacios públicos y la presencia permanente de sus piezas en colecciones y museos de prestigio.

Ese reconocimiento internacional no solo responde a la fuerza conceptual de sus propuestas, sino también a la maestría técnica que sostiene cada una de ellas.

Su obra se distingue por un rigor excepcional en el dibujo su herramienta más íntima y definitoria y por una técnica que combina la precisión casi obsesiva con un afán experimental constante.

Fabelo trabaja el papel, la tinta, el acrílico y los objetos intervenidos con un dominio que convierte cada trazo en una huella emocional. Las texturas, los detalles minuciosos y la expresividad gestual se integran en un estilo que, aunque profundamente personal, conecta con tradiciones universales del surrealismo, la ilustración, la carta náutica y el realismo simbólico.

La exposición articula un discurso que transita entre lo terrenal y lo espiritual, entre los miedos y las certezas, entre el liderazgo y las idas sin retorno, entre el disfrute y el vértigo.

Es un espacio donde la queja, el reproche y las fracturas sociales encuentran una dimensión estética que provoca, cuestiona y acompaña. Sin moralismos ni barreras para comprender, Fabelo propone una búsqueda que se adentra en lo esencial: aquello que sostiene, que duele y que impulsa.

Con “Médula”, el artista vuelve a recordarnos que su obra no solo representa, sino que identifica; que sus símbolos, criaturas y relatos pertenecen también a un país y a una comunidad que se reconoce en ellos.

Es un viaje hacia el centro, hacia lo profundo, hacia lo que queda cuando se han retirado todas las capas. Un recordatorio de que, a través del arte, seguimos encontrándonos.

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