Yo nací inmediatamente antes que la República. Yo en noviembre de 1901 y ella en mayo de 1902, pero desde el nacimiento nos diferenciamos: ella nació enmendada y yo nací decidida a no dejarme enmendar.
Reneé Méndez-Capote
Renée Méndez-Capote Chaple es de esas figuras de la literatura que apenas ha sido publicada en Cuba. El hecho de su nacimiento, ocurrido en 1901, explica por qué se le sobrenombra “la cubanita que nació con el siglo”.
Hija de un general mambí, Domingo Méndez-Capote, vecina en el Vedado de Dulce María Loynaz, al igual que esta última, siempre vivió orgullosa de la estirpe de su familia.
Fue ensayista, traductora, periodista, guionista radial y bibliotecaria. Escribió literatura infantil, cuentos, ensayos y textos autobiográficos. Desarrolló una amplia labor periodística en publicaciones como Diario de la Marina, La Gaceta de Cuba, Revolución y Cultura, Unión y Juventud Rebelde, además de las revistas Bohemia, Social y Mujeres y el semanario Pionero.
Contó con la amistad de personas como Manuel Sanguily, Ana Pavlova, Lola Rodríguez Tió, María Villar Bucetas; pintores de la talla de Leopoldo Romañach y Domingo Ravenet; de damas como América Arias, del pianista y compositor Ernesto Lecuona y el Poeta Gustavo Sánchez Galarraga; del escultor José Antonio Ramos; del maestro Enrique José Varona; de Don Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring y Luis Felipe Rodríguez, Antonio Guiteras Holmes, Alejo Carpentier entre tantos otros.
Decir su nombre remite a uno de sus libros más significativos y preciados: ”Memorias de una cubanita que nació con el siglo” donde desbordó conciencia de cubanía.
Excilia Saldaña….Dijo: ”Cuando un libro solo, sin más compañía que sus páginas, se enfrenta al tiempo y lo vence, se está en presencia de un clásico: ”Relatos históricos“ es uno de esos libros…”
Renée Méndez Capote, fue una escritora de historias, sobre la propia historia de una ciudad que le vio nacer y que nunca la verá morir, porque su palabra se dejó escuchar entre calles, murallas y callejones y voló en el tiempo y la distancia, hacia el corazón de muchos que la oirían después.




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