Hay músicos cuya voz no solo canta, sino que abraza el latir de un pueblo, hace suyo un ritmo y lo transforma en coro colectivo. Tiburón Morales es uno de esos cantores que, con carisma, sabor y temple, se convirtió en emblema del son cubano, en portavoz de la alegría, la tradición y la fuerza del ritmo que nace en la tierra. Su canto no es solo interpretación, es declaración: de identidad, de baile, de sentir compartido.
Nacido el 17 de octubre de 1935 en el poblado de Francisco Guayabal (también identificado como Central Amancio Rodríguez), en la oriental provincia cubana de Las Tunas, Eduardo Morales Orozco —conocido artísticamente como Tiburón Morales— ha llevado su voz por décadas y sigue vivo, activo, siendo homenajeado en la actualidad.
Su trayectoria se articula en torno al género del son, junto a la legendaria agrupación Son 14 —de la cual fue miembro fundador—, orquesta creada oficialmente el 11 de noviembre de 1978 en Santiago de Cuba por Adalberto Álvarez y el propio Morales.
Con Son 14, el destacado cantante participó en discos emblemáticos como A Bayamo en Coche (1980) y Son Como Son (1981), así como en giras internacionales que llevaron el son cubano a Venezuela, México, Colombia y Europa. Sus géneros principales abarcan el son, la guaracha, bolero sonero y el ritmo bailable tradicional de la mayor de las Antillas, siempre con un estilo que combina tradición y frescura.
Sus reconocimientos más visibles incluyen homenajes recientes —por ejemplo, en enero de 2024 fue homenajeado por sus 88 años en un coloquio del festival Jazz Plaza en Santiago de Cuba. También se le atribuyen distinciones como “Mejor trabajador de la Unión de Trabajadores de la Cultura” y la “Medalla por 25 Años de Trabajo” otorgadas por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Entre sus temas más reconocidos figuran, en el repertorio de Son 14, “Las hojas blancas” y “Máquina musical”, entre otros que marcaron época. Sus presentaciones han tenido lugar tanto en clubes y salones de Cuba como en escenarios internacionales, llevando el sonido del son al exterior, manteniendo el sabor autóctono y la autenticidad.
Tiburón Morales es, en esencia, un testimonio vivo del son cubano: un cantor que no solo interpreta, sino que representa su linaje, su región, su historia. Cada vez que su voz suena, brota esa mezcla de casa, pista de baile y celebración colectiva, y uno entiende que el son no solo se canta: se vive.





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