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“3 Meses y 11 Días de Esperanza: Vencer las Drogas Sí Es Posible

Publicación: 19 Nov, 2025

En la Isla de la Juventud, como en tantas partes del mundo, las drogas dejan una huella profunda. No llegaron de golpe, se fueron infiltrando en las fiestas, en las esquinas, en los grupos de amigos. Primero como un juego, después como una costumbre y finalmente como una prisión.

La historia de Rafael no es la excepción: un joven de 27 años que como muchos, creyó tener el control hasta que la dependencia le arrebató sus sueños y su familia lo vio perderse poco a poco…

“Comencé desde los 15 años y nunca había logrado estar limpio, siempre recaía. Y después de tanto, me di cuenta de que era el momento de parar. Llevo 3 meses y 11 días sin consumir» El impacto real de las drogas no se mide en estadísticas frías, sino en los cuerpos debilitados, en los hogares fracturados y en los silencios que dejan los proyectos de vida inconclusos. Cada dosis es una puerta que se cierra: la escuela, el trabajo, la confianza, la esperanza.

“Yo toque fondo. Me quedé sin nada. Vendí mi casa, mis pertenencias, mis cadenas, ropa, todo lo de adentro de mi casa. Mis padres volvieron a comprarlo todo y lo volví a vender. Dormí en techos, no comí en tres días seguidos, ni siquiera me bañaba».

Pero en medio de esa oscuridad, existe un espacio que representa la resistencia y la esperanza: el Centro de Salud Mental. Allí se libra cada día una batalla silenciosa contra la adicción, donde médicos, psicólogos y especialistas extienden la mano a jóvenes como Rafael. No prometen un camino fácil, pero sí la posibilidad de recuperar la dignidad, la familia y, sobre todo, la vida.

“El apoyo familiar lo es todo. Doy gracias por tener a mi mamá conmigo y este lugar con un equipo que me ayuda en la rehabilitación. No salgo, yo mismo decidí trancarme en casa. Y amistades me han brindado Drogas y las he rechazado. Eso me hace sentir bien, con más fuerza de voluntad”.

Las drogas no destruyen solo a quien las consume; arrasan con quienes lo rodean y , la madre de Rafael, es toda una guerrera al mantenerse firme todos estos años. Aquí en el Centro de Salud Mental encontró ese apoyo especializado y Rafael, tiene la actitud necesaria para estar limpio, y eso es parte de la batalla.

La historia de este joven nos sirve de alerta y esperanza: decir no a tiempo salva vidas, y buscar ayuda puede devolverte la paz, tú salud, tus sueños.

Porque 3 meses y 11 días puede parecer una cifra sin valor para quien no sabe de guerras internas. Tristemente como Rafael hay muchos jóvenes en Cuba.

Su historia es un recordatorio claro: las drogas cambian vidas, pero con decisión, apoyo y voluntad, es posible recuperar el control, reconstruir los sueños y escribir un futuro diferente. Para él, cada día limpio es una victoria, y su mensaje es contundente: no comiences nunca, ni por curiosidad ni por diversión.

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