La violencia de género en Cuba representa una de las formas más graves de vulneración de derechos humanos, y su abordaje exige una respuesta integral, sostenida y transparente. En los últimos años, este fenómeno ha ganado visibilidad en redes sociales, donde mujeres, activistas y comunidades comparten denuncias, alertas y llamados a la acción. Lo que antes se vivía en silencio, hoy se hace público, generando conciencia y presión social. Esta exposición no significa que la violencia sea nueva; más bien, revela una realidad que siempre ha existido y que las tecnologías actuales permiten documentar y amplificar.
En un país que apuesta por el adelanto de las mujeres y las niñas como lo expresa el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), aprobado en 2021, resulta especialmente grave que persistan patrones de violencia machista. Este establece líneas estratégicas para prevenir y atender la violencia de género, incluyendo la capacitación de actores institucionales, el fortalecimiento de servicios de atención y la promoción de una cultura de respeto e igualdad.
Según cifras oficiales presentadas por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Ministerio de Salud Pública en el contexto del Informe Nacional Voluntario sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en 2023 se registraron más de 24,000 atenciones médicas por lesiones asociadas a violencia intrafamiliar, de las cuales el 72 % correspondieron a mujeres.
Además, el sistema de Casas de Orientación a la Mujer y la Familia atendió a más de 30,000 personas en situaciones de vulnerabilidad, incluyendo casos de violencia física, psicológica y económica. Este fenómeno también afecta a las féminas de la Isla de la Juventud.
Aunque el feminicidio aún no está tipificado como delito en el Código Penal cubano, el Estado ha reconocido la necesidad de avanzar en la prevención, atención y sanción de la violencia de género.
En 2022, se creó el Observatorio de Igualdad de Género del Centro de Estudios de la Mujer (CEM-FMC), que recopila estadísticas oficiales y promueve investigaciones sobre el tema.
La violencia de género no puede ser vista como un asunto privado ni como una excepción. Es una problemática estructural que interpela el compromiso de toda la sociedad. En Cuba, donde tantas mujeres lideran procesos comunitarios, educativos y culturales, proteger sus vidas y dignidad es una prioridad ética y política.
Por estos días en Cuba y por tanto aquí, se realizan acciones contra manifestaciones negativas, ilegalidades y otros delitos. Es tiempo de no callar y combatir ese flagelo, recuerden no están solas.
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