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Homenaje eterno al comunista y periodista checo

Publicación: 9 Sep, 2025

Cada 8 de septiembre se celebra el Día Internacional del Periodista, en memoria de Julius Fucik, periodista checoslovaco asesinado por el régimen nazi en 1943. Esta fecha, instaurada por la Organización Mundial de Periodistas, no solo honra su legado, sino que reivindica el papel del periodismo como herramienta de resistencia, memoria y transformación social.

En tiempos de polarización y censura, el oficio de informar se convierte en un acto de valentía que exige rigor, sensibilidad y compromiso ético.

El periodismo no es solo una profesión: es una vocación que interpela al poder, amplifica voces silenciadas y construye puentes entre realidades fragmentadas. En contextos de conflicto, desigualdad o represión, los periodistas son muchas veces los únicos testigos incómodos que documentan lo que otros prefieren ocultar. Su labor va más allá de la noticia: es curaduría de sentido, defensa de derechos y ejercicio de ciudadanía.

En Palestina, esta vocación se ha pagado con sangre. Desde octubre de 2023, más de 240 periodistas palestinos han sido asesinados en medio de los bombardeos israelíes, según Reporteros Sin Fronteras. Muchos murieron mientras cubrían los hechos, incluso en zonas claramente identificadas como espacios de prensa. Cámaras destruidas, cuerpos bajo los escombros, transmisiones interrumpidas por el estruendo de la guerra: cada imagen que no llega al mundo es también una voz que se intentó callar.

Pero no solo en Palestina. Cientos de periodistas mueren cada año al rededor del mundo ellos se suman cientos de periodistas en todo el mundo que han sido encarcelados, censurados, agredidos o desaparecidos por ejercer su derecho a contar lo que otros quieren ocultar.. Cada periodista encarcelado, exiliado o silenciado representa una herida abierta en el tejido democrático. Y cada medio independiente que resiste es un acto de esperanza colectiva.

Este día también es para quienes hacen periodismo comunitario, ambiental, feminista, cultural o juvenil. Para quienes narran desde los márgenes, desde la radio local, desde un blog auto gestionado o una cuenta de Instegram. Para quienes dignifican lo cotidiano, documentan la memoria viva y transforman el dolor en relato. Porque informar no es solo contar lo que pasa: es decidir cómo se cuenta, desde dónde y para quién.

Recordar a los periodistas caídos es también comprometerse con los que siguen de pie. Es exigir garantías, protección y respeto por la libertad de prensa. Es entender que sin periodismo libre no hay ciudadanía plena, y que cada historia contada con honestidad es una semilla de justicia. Hoy, más que nunca, el periodismo necesita aliados, no aplausos.

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