En la Isla de la Juventud, el verano es sinónimo de playa, música y reencuentro con los amigos. Sin embargo, entre tanta vitalidad, la lectura se alza como una opción diferente y enriquecedora para los jóvenes.
Tomar un libro en estos días soleados no es solo un pasatiempo, sino una manera de descubrir historias, aprender nuevas ideas y fortalecer la imaginación, mientras se disfruta del merecido descanso de las vacaciones.
En un territorio como el nuestro, donde la cultura tiene un valor especial, leer en verano significa mantener viva la herencia de quienes nos precedieron y a la vez abrir puertas al futuro.
Los jóvenes que se acercan a un buen libro encuentran no solo entretenimiento, sino también herramientas para comprender mejor la realidad y aportar al crecimiento de la comunidad. La lectura es, en sí misma, un puente entre el ocio y la formación cultural.
Ya sea en la biblioteca, en el parque o a la orilla del mar, un libro puede convertirse en el mejor compañero de la temporada.
Frente a la velocidad de las pantallas, la lectura ofrece un ritmo distinto: invita a la reflexión, al diálogo interno y a la creatividad. Para los adolescentes pineros, dedicarle tiempo a un libro es también una forma de reafirmar su identidad cultural y enriquecer su manera de ver el mundo.
Por eso, el verano en la Isla de la Juventud puede ser más pleno si se combina la alegría de las actividades recreativas con el hábito de leer.
En cada página se esconde una oportunidad para crecer, pensar y soñar. Y en la juventud, que es la etapa de mayor curiosidad y energía, la lectura se convierte en un pilar cultural imprescindible para construir un futuro más consciente y creativo.
Cuida más tu tabla de salvación
El barco Perseverancia es la última tabla de salvación que hemos tenido los pineros para salir y entrar en los últimos tiempos en nuestra Isla de la Juventud, tabla de salvación que al final es algo que debemos cuidar si no queremos que nos mate la claustrofobia, y a...
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