La Isla de la Juventud es escenario de creatividad con el Taller de Cerámica Pinera, que del 18 al 23 se desarrolla en la Galería de Arte Martha Machado para todos los niños y niñas del municipio.
Durante estas jornadas, los más pequeños tienen la oportunidad de moldear, pintar y dar vida a sus propias piezas, acercándose a una de las tradiciones artísticas más antiguas y significativas de la humanidad: la cerámica.
La importancia de este arte radica en que no solo es un oficio manual, sino también un medio de expresión cultural y de identidad.

En cada vasija, figura o escultura se refleja una historia, un gesto personal y, al mismo tiempo, el legado colectivo de un pueblo. Al acercar a los niños a la cerámica, se fomenta la paciencia, la concentración y la creatividad, valores imprescindibles para su desarrollo integral.
La Isla ha sido testigo de experiencias que reafirman esta necesidad. En este verano por ejemplo, un curso de porcelana fría para niños reunió a 16 pequeños que, bajo la guía de artesanos, transformaron simples materiales en figuras decorativas como dragones.
Esa vivencia no solo fortaleció la imaginación infantil, sino que también demostró que el arte manual puede competir con el atractivo del mundo digital.

El interés por la cerámica en el territorio no es nuevo. Décadas antes, el Centro Experimental de Artes Aplicadas (CEAA), fundado en 1979, había sido un faro en la enseñanza de esta disciplina, organizando ferias nacionales e incluso la primera revista cubana dedicada al tema.
Con estas iniciativas, la cerámica pinera no solo preserva un patrimonio cultural, sino que asegura el relevo generacional.
Cada taller, cada curso y cada encuentro son oportunidades para que las nuevas generaciones entiendan que moldear el barro es también moldear la memoria y la identidad de la Isla.
Por ello, la cita del 18 al 23 no es solo un espacio de recreación: es una invitación a sembrar raíces culturales firmes en la niñez.
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