Durante el verano de agosto de 1906, se produce en Cuba, una rebelión armada. El motín se produjo por incitada por el Partido Liberal de Cuba ante la candidatura a la reelección del presidente conservador Tomás Estrada Palma.
Durante el periodo que abarcó la candidatura del Presidente de la República Tomás Estrada Palma, su dirección adquirió fama de buen gobierno por parte de aquellos que respondían a los intereses de las clases conservadoras, las cuales abogaban por no hacer caso a los problemas básicos del país sino preocuparse por sus riquezas y privilegios
Semejante atropello provocó el rechazo de la inmensa mayoría de las fuerzas políticas, incluidos los veteranos mambises, e incitó la sublevación armada del 19 de agosto de 1906, que pasó a la historia como la Guerrita de agosto, encabezada por el líder del Partido Liberal José Miguel Gómez.
Estrada Palma fue autor intelectual de la muerte del legendario General del Ejército Libertador Quintín Banderas, alzado en armas y ultimado a machetazos por oficiales enviados por el mandatario para presuntamente parlamentar su rendición.
Ante la impotencia de reprimir la insurrección, el mandatario invocó la Enmienda Platt y solicitó al gobierno norteamericano la intervención militar en mensaje a la Casa Blanca en el que escribió: “La situación es grave y cualquier demora puede producir una matanza de ciudadanos en La Habana”. En respuesta, enviaron a los procónsules yanquis en acorazados para imponer sus intereses en la Isla.
La intervención se caracterizó por el derroche de los fondos públicos, la corrupción política y administrativa, el endeudamiento de la República y las transacciones onerosas. Estableció el uso ilimitado del soborno, la compra de conciencias y la botella (cargo por el que una persona cobra sin trabajar).
La segunda ocupación norteamericana de Cuba se produjo oficialmente, el 29 de septiembre de 1906. Por iniciativa del Presidente de la época que resultó incapaz de gestionar la crisis interna, llegada al punto de clímax a partir de sus intentos reeleccionistas.
0 comentarios