En el marco de un conversatorio realizado recientemente en el restaurante Yucasabi, de La Habana Vieja, Julio César Núñez González, reconocido productor de ese alimento, anunció la realización del Festival Internacional del Casabe, proyectado para noviembre de 2025 en Cuba, como una plataforma para celebrar y dinamizar esta invaluable herencia gastronómica.
La práctica tradicional del casabe —ese ancestral pan elaborado a base de yuca— se consolidó como un símbolo cultural de inmenso valor, tras su inscripción el 5 de diciembre de 2024 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El Festival Internacional del Casabe, anunciado por Núñez González, representa la concreción de esfuerzos comunitarios, culturales y científicos para poner en valor este patrimonio inmaterial.
Este producto natural, libre de gluten y conservantes, se perfila como una alternativa saludable y sostenible que puede contribuir a dinamizar la producción local de yuca, fortalecer la economía de pequeños productores y conectar la tradición con la innovación culinaria.
El evento reunirá a productores, chefs, investigadores y amantes del casabe, promoviendo actividades culturales, talleres, degustaciones y exhibiciones que rescaten y proyecten al alimento como un símbolo de identidad, historia y diversidad.
Se espera que el encuentro sea un espacio de diálogo intercultural que impulse el conocimiento y consumo del casabe en todo el territorio cubano y la región, generando nuevos vínculos y oportunidades para el desarrollo sostenible.
Voces de la cultura casabera en Cuba
Domingo Cuza, director del INFOTUR en Granma y estudioso apasionado de la historia cubana y la antropología culinaria, recordó las viejas tradiciones de consumo del casabe en el oriente de Cuba, donde desde tiempos antiguos la comunidad celebraba con este alimento, especialmente en festividades de fin de año y en ocasiones especiales acompañando asados.
“El casabe ha sido una maravilla para nosotros desde la niñez, escuchábamos los pregones y la música en torno a su producción y consumo, y esa experiencia nos ha acompañado toda la vida», expresó Cuza a través de un audiovisual.
Explicó el vínculo histórico entre el casabe y el desarrollo social en el Caribe, los procesos de conquista y colonización que encontraron en este alimento una fuente necesaria de sustento.
Igualmente, resaltó que esta tradición sobrevive gracias a la dedicación de comunidades y maestros casaberos, cuyo conocimiento debe ser protegido y promovido sin perder autenticidad, pero integrándose a las nuevas realidades culturales y gastronómicas.
Cuza también recordó el trabajo conjunto con entidades como Slow Food y valoró la creación de comunidades promotoras en La Habana y Bayamo como espacios clave para la salvaguardia y la innovación alrededor del casabe.
En tanto, Núñez González, quien ha sido uno de los principales impulsores de esta tradición en la región occidental, desde el año 2018, explicó que ha contado con el apoyo de varios familiares para innovar en la producción e introducción de nuevas variedades como casabe con maní, almendras, ajo o picante.
Además ha trabajado en la certificación y legitimación de esta práctica culinaria ante instituciones nacionales e internacionales, con la intención de fomentar la cultura del casabe, cuyo origen se remonta a más de 500 años y que ha resistido transformaciones culturales a lo largo del tiempo.
En La Habana, el restaurante Yucasabi SRL, bajo la dirección de Yudisley Cruz, es un espacio emblemático que no solo ofrece casabe en diversas formas tradicionales y creativas, sino que también promueve el valor cultural de este alimento, alejándolo del concepto errado de que es una alternativa para épocas de escasez.
La visión de esta joven emprendedora con responsabilidad social es que el casabe debe mantener su identidad, sin dejar de adaptarse y evolucionar para que sea parte integral de la dieta cubana y regional.
Por su parte, Sonia Virgen Pérez, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio, destacó que la inclusión de los saberes en la elaboración del casabe en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO fue el fruto de la cooperación multinacional.
En este esfuerzo participaron cinco países (Cuba, República Dominicana, Honduras, Haití y Venezuela) para salvaguardar las técnicas, procesos y saberes tradicionales ligados al casabe. Contempló además el reconocimiento de la diversidad cultural y las comunidades indígenas y afrodescendientes que mantienen viva esta tradición culinaria.
Las actividades alrededor del casabe incluyen la integración con el turismo, la gastronomía contemporánea y la educación comunitaria, mediante talleres que acercan esta práctica a las nuevas generaciones y promueven la alimentación sostenible.
Foto: Tomada de expresso
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