Washington, Fidel Castro no solo es hoy el líder histórico de la Revolución cubana, es el artífice de una obra profundamente humana, antiimperialista y solidaria, que alzó la voz en nombre de los pueblos del Sur.
Así expresó la joven Lucía Pérez, integrante del colectivo de la Embajada de Cuba en Estados Unidos durante el acto político cultural por el aniversario 99 de quien «nos enseñó que los principios no se negocian, que la soberanía no se entrega y que la dignidad de una nación no tiene precio», subrayó.
Dijo que la mejor manera de honrarlo es al «asumir con responsabilidad el deber de representar, con decoro y firmeza, los ideales por los que el Comandante vivió y luchó».

Durante el acto -encabezado por la jefa de la Misión de Cuba, Lianys Torres- Pérez enfatizó que la grandeza de Fidel está también en su capacidad de demostrar que se puede sobrevivir a cercos y amenazas, sin perder las esperanzas de que un mundo mejor es posible.
«En vísperas de celebrar el aniversario del Comandante en Jefe, y con ello el inicio de la jornada por su Centenario, no reunimos para rendir tributo a su memoria y reafirmar nuestro compromiso con su legado, que continúa siendo tan inmenso como vigente», añadió la funcionaria diplomática.

Nacido el 13 de agosto de 1926 en Birán, actual provincia de Holguín (este), a Fidel intentaron eliminarlo físicamente en centenares de ocasiones.
Los servicios de la Seguridad del Estado de la isla identificaron por años planes en distintas fases de desarrollo. Desde polvos y batidos envenenados, tabacos explosivos, trajes para bucear mortales hasta posibles bazucazos, el líder cubano salió ileso entre 1958 y 2000 a 634 complots para matarlo.
Tanto es así que el 2 de diciembre de 1959 un memorando del entonces jefe de la CIA para América Latina, coronel Joseph Caldwell King, advertía al director de la agencia, Allen Dulles, que la mejor manera de acabar con la Revolución cubana era asesinar a Fidel Castro.

Considerada una de las figuras políticas más sobresalientes del XX y principios del XXI, Fidel partió a la inmortalidad el 25 de noviembre de 2016, a los 90 años. Para muchos es difícil hablar en pasado, porque, como señaló la funcionaria de la Embajada de Cuba «su presencia se siente cada día, cuando nuestro pueblo y gobierno enfrentan los más fuertes desafíos».
Al asumir que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, pidió que no se erigieran estatuas para recordarlo. En el monolito donde reposan sus cenizas en el cementerio Santa Ifigenia, en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, solo destacan las cinco letras de su nombre.
Tomado de PL
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