Vivimos, desde hace años, momentos muy duros en mi país, debido fundamentalmente a las consecuencias de un férreo bloqueo económico, comercial y financiero que nos impone el gobierno de EEUU. Vivir se hace un desafío cada mañana. Pero nos levantamos y unos se van al círculo infantil, a una escuela, a la panadería o a construir con casi nada, pero conscientes que hay que edificar el futuro desde el esfuerzo.

Y hoy sábado el amanecer fue hermoso, nos olvidamos del apagón, del mosquito, del bache, del gas, de tantas cosas que pueden faltar y nos fuimos al bulevar de Nueva Gerona, la cita era con el verano dedicado desde temprano a los niños. Y complace mucho ver a tantos padres, tíos, abuelos y esos rostros felices de los pineritos que se adueñaron de cada escenario diseñado para ellos.

Bailar, mostrar el bello disfraz, disfrutar de un algodón, de un par de galletas, de la Colmenita Pinera, en fin, de esa música acorde a sus edades, valida que los niños sigue siendo en Cuba la esperanza, lo más importante de casa. Y sabemos que por ellos habrá que darlo todo y como dice el poema y si fuera preciso la vida.

Nueva Gerona, y los poblados saben que la alegría de un niño mueve corazones, alegra el alma de quienes les brindan con cariño la golosina, el paseo en carriola o bicicleta. El verano apenas comienza y muchos trabajaremos para ellos, si para ellos porque son el futuro y tenemos el deber y responsabilidad de legarle una isla más hermosa.

Cada apretón de tuerca del bloqueo yanqui, cada gota de combustible menos, cada medida contra Cuba es contra nuestros niños, contra nuestro pueblo. Pero le decimos hoy más que nunca a los odiadores, hay mucha dignidad e historia en el camino recorrido para rendirnos, esa palabra Fidel nos enseñó que se eliminaría del vocabulario de los cubanos dignos.

Resistencia, alternativa, confianza y fe deben motivarnos a trabajar mejor por los niños, por los adolescentes, por todos los que aquí decidimos estar. El Comandante en Jefe en 1960 dijo: “Y en eso es en lo que más debemos pensar: en los niños de hoy, que son el pueblo de mañana. Hay que cuidarlos y velar por ellos como los pilares con que se funda una obra verdaderamente hermosa y verdaderamente útil”.
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