“Vivo por José”, solía decir Antonio Maceo sobre este valeroso combatiente y jefe de su escolta que lo acompañó durante los cuatro meses que duró su recuperación tras ser gravemente herido en combate, y a quien consideró siempre uno de los hombres más valientes que conoció .
Dé José Marcelino Maceo Grajales, o José Maceo, siempre escuché hablar de él, en las clases de Historia que me impartía mi maestra, conocí que poseía un gran mando con el uso del fusil, y el manejo del machete como arma para defenderse, y que llegó a ser un jinete de gran agilidad y destreza.
Al segundo hijo de Marcos y Mariana, como el resto de sus hermanos, le infundieron los valores más humanos, de todos sus hermanos fue el único que participó en las tres guerras independentistas del siglo XIX, en las que acumuló una extensa hoja de servicios y varias cicatrices en su cuerpo.
Conocido como El León de Oriente, burló a la muerte en más de 1500 combates, entre ellos, La Indiana, La Galleta, el Jobito, Pinar Redondo. Fue tal su valor que José Martí, a finales de 1894, lo calificó como el «amigo, quien ha defendido con valor mi Patria y su libertad de hombre, es como acreedor mío y me parece mi hermano».
Según cuenta el periodista Ciro Bianchi, en sus artículos publicados en la prensa escrita, José Maceo, poesía un gran amor hacia la música, tanto así que tenía una banda de conciertos, que cada vez que cargaba al machete, la banda tocaba.
Más adelante el cornista lo describe como un hombre tremendo, valiente, arrebatado, colérico, fiero y testarudo.
Tras su caída en combate, acaecido este 5 de julio de 1896 en Loma del Gato, el Generalísimo Máximo Gómez escribió el 20 de julio de 1896, en El Cubano Libre: “El General José Maceo ha muerto, y hay que descubrirnos al pasar por delante de la tumba de ese patriota intrépido, el héroe de cien batallas, y el querido amigo que debió serlo de todos los que amamos la independencia de Cuba”
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