“El enemigo, aferrado a una estúpida, antipática y aborrecible injusticia, no podrá resistir nuestra moral, nuestra razón y nuestra incontenible fuerza en la lucha por esta justa demanda, y no le quedará otra alternativa que devolver cuanto antes a Elián”.

   Fidel Castro Ruz      

Dicen que el día en que Juan Miguel González volvió a abrazar a su hijo, era tal el silencio aquel que no dejó de llorar. Dicen que un pueblo entero horas antes, se conmovió de emoción y una niña de siete años salía corriendo de la cama para ver las imágenes de la llegada a la Patria de aquel pequeño niño Elián González Brotón, el mismo que involucró a personas honestas de todo el mundo por un constante batallar.

Elián González regresó junto a los suyos, después de permanecer retenido en Estados Unidos por maniobras de grupos anticubanos.

Millones de cubanos se manifestaron en todo el país en reclamo del regreso del niño Elián, consigna que unió a todo el pueblo en tribunas abiertas y marchas multitudinarias frente a la sede de la Oficina de Interés de Washington en el Malecón habanero y en todo el país durante 266 días de movilización popular.

Todo un pueblo, encabezado por niños y jóvenes, se lanzó a una batalla por el bienestar de un pequeño; de un extremo a otro del archipiélago , en todos los municipios y con todos los sectores de la sociedad se levantaron encendidas Tribunas Abiertas de argumentos y arte comprometidos; las Mesas Redondas comenzaron a dilucidar los hilos de la espinosa madeja de la política norteamericana hacia Cuba y el carácter mafioso de la contrarrevolución asentada en Miami al amparo y financiamiento de Washington.

Para Cuba, el regreso de Elián hace 25 años tiene un símbolo de resistencia, y de mantener firmes sus principios frente a presiones externas. Es un recuerdo de la lucha por la justicia y la protección de su pueblo, en este caso, un niño cubano.