El Programa para la Transición Ecológica hacia Municipios Sostenibles en Cuba marcó un hito en Isla de la Juventud, con la presentación de los resultados de su fase de diagnóstico, con la presencia de Dariel de León García, coordinador técnico del proyecto. Durante el encuentro, se destacó el papel pionero del municipio en identificar fortalezas y desafíos claves para avanzar hacia un modelo de desarrollo basado en autosuficiencia alimentaria, energías limpias y economía circular.
De León García enfatizó que el diagnóstico realizado con un enfoque participativo que combinó conocimiento local y análisis técnico, permitirá diseñar proyectos adaptados a las necesidades territoriales. «Isla de la Juventud sobresalió por su capacidad crítica para abordar problemas como la gestión del agua, la transición agroecológica y la gobernanza energética», señaló.
El programa, respaldado por la Unión Europea, PNUD y agencias de cooperación italiana, prioriza la capacitación y herramientas prácticas sobre grandes inversiones.
En la presentación, Noel Meléndez Laza, rector de la Universidad Jesús Montane Oropesa, propuso reformular la Estrategia de Desarrollo Municipal, integrando los hallazgos del diagnóstico, mientras que Fidel Vera Bueno, delegado del CITMA aquí, abogó por reactivar el Consejo Técnico Asesor para fortalecer la toma de decisiones basada en ciencia.
Yuladis García Segura, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, subrayó la importancia de traducir estos avances en acciones concretas, aprovechando la autonomía legal del territorio.
El programa, que abarca ocho municipios cubanos, incluye en su segunda fase, a iniciarse en septiembre, la implementación de proyectos pilotos en agroecología, energía renovable y gestión sostenible de recursos. En Isla de la Juventud, se destacan iniciativas como la integración del poblado costero de Cocodrilo al plan de transición energética y la promoción de cadenas de valor alimentarias con enfoque de género.
Con un financiamiento de 32.8 millones de euros, el proyecto busca consolidar a estos territorios como modelos replicables en Cuba. «No se trata solo de tecnología, sino de construir una cultura de sostenibilidad desde lo local», afirmó De León García.
La Isla de la Juventud, con su biodiversidad y matriz energética renovable, se perfila como un laboratorio clave para esta transformación.
El evento cerró con un llamado a la articulación entre gobierno, academia y comunidad, reforzando el mensaje de que la transición ecológica es una prioridad nacional. «El verdadero éxito, concluyó De León García dependerá de que estos diagnósticos se traduzcan en políticas públicas tangibles y empoderamiento ciudadano»
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