El disparo del consumo de energía impulsado por la inteligencia artificial (IA) amenaza la soberanía tecnológica de muchos países y la IA neuromórfica sería la solución perfecta, señala al portal ‘Nauchnaya Rossiya’ (Rusia científica) Susanna Gordléyeva, directora del Instituto de Neurociencia de la Universidad Estatal de Nizhni Nóvgorod.

La IA tradicional requiere una cantidad cada vez mayor de recursos computacionales, lo que implica una creciente demanda energética para su funcionamiento. Como resultado, en un futuro cercano, el mundo corre el riesgo de dividirse en dos bloques.

«Países que puedan costear la energía necesaria para mantener potentes clústeres de computación y países que estén condenados al rezago tecnológico», explicó Susanna Gordléyeva.

Por ello, continuó, «es fundamental desarrollar sistemas computacionales basados en principios completamente nuevos» como lo es la IA neuromórfica, que imita la forma en la que funciona el cerebro humano.

A diferencia de la IA tradicional, que se basa en «elementos similares a neuronas» que almacenan información sobre su estado en la memoria del computador, la neuromórfica no lo hace e, imitando las neuronas humanas, «transmite la información mediante señales eléctricas muy breves», lo que da como resultado una mayor eficiencia energética, mejor manejo de datos en tiempo real y capacidad de aprendizaje adaptativo, sostuvo.

Sobre la IA neuromórfica que está desarrollando el Instituto de Neurociencia, Gordléyeva indicó que la tecnología incorpora astrocitos en redes neuronales, lo cual, según ella, «mejora el rendimiento» de la IA en «un 15%».

Más adelante, con la ayuda de esa tecnología combinada con los neuroprocesadores, se podrá crear un sistema de computación «capaz de procesar grandes volúmenes de información directamente en dispositivos portátiles».

«Esa tecnología es especialmente necesaria para sistemas de transporte no tripulados, tecnologías médicas avanzadas y tecnologías de uso especializado», subrayó.

Tomado de Sputnik