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El desembarco de dos grandes de la Patria: Martí y Gómez

Publicación: 30 Abr, 2025

Categorías: Isla de la Juventud

«Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubascos. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo de proa. Salas rema seguido. Paquito Borrero y el General ayudan de popa. Nos ceñimos los revólveres”. La luna asoma, roja, bajo una nube.

Así escribiría el Héroe Nacional José Martí en su diario de campaña la dura jornada del desembarco por Playita de Cajobabo el 11 de abril de 1895, en una tormentosa noche durante la cual enfrentaron a la mar bravía, bajo torrencial aguacero… hasta que asomó la luna roja bajo una nube y arribamos a una playa de piedras, la Playita, al pie de Cajobabo; me quedo en el bote el último vaciándolo, dicha grande.

Después de una ardua labor en el extranjero, para recaudar recursos y aunar voluntades para la gesta libertaria cubana, José Martí, el jefe político y Máximo Gómez, el jefe militar supremo llegaron procedentes de Santo Domingo con el fin de incorporarse a la Guerra Necesaria, iniciada el 24 de febrero de 1895.

La travesía había comenzado el Primero de abril de 1895, cuando otros bravos, los hermanos Maceo y Flor Crombet pisaban las arenas de Duaba, en Baracoa. José Martí, delegado del Partido Revolucionario Cubano y alma de la contienda; el Generalísimo Máximo Gómez Báez, Francisco Borrero, Ángel Guerra, César Salas y Marcos del Rosario integraban la expedición que zarpó de Montecristi, en República Dominicana.

En la cercanía de Playitas, vivía el señor Leyva (alcalde de barrio) junto con sus familiares, entre ellos su hijo Salustiano, quien fue el último guantanamero testigo presencial del arribo de Martí, Gómez y demás expedicionarios, que después de recuperados de la travesía marítima, tomaron prácticos y emprendieron la marcha para tratar de hacer contacto con los insurrectos amigos de la causa revolucionaria.

Hombres, mujeres y niños los ampararon en sus humildes bohíos, les brindaron cariño sincero, comida, agua, cuidados sanitarios, y los custodiaron en medio de una realidad escabrosa que admira, sufre y describe en su Diario de Campaña nuestro Héroe Nacional, quien recuerda entre otros detalles: el otorgamiento del cargo de Mayor General del Ejército Libertador, el combate de Arroyo Hondo, la primera vez que se le llama Presidente, y la Bandera, su bandera cubana bordada por la patriota guantanamera Juana Pérez.

Estaban en Cuba los tres principales jefes de la Guerra Necesaria: José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. El Apóstol de la Independencia escribía en su diario de campaña: “Ya arde la sangre. Ahora hay que dar respeto y sentido humano y amable al sacrificio”.

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