Este 8 de enero recordamos la entrada de Fidel y la Caravana de la Victoria a La Habana, un hecho que, 66 años después, sigue siendo uno de los más transcendentales de la historia de la Revolución.
Eran las tropas del Ejército Rebelde que desde Oriente llenaba de luz los corazones cubanos: comenzaron el recorrido en la madrugada del 2 de enero rumbo a capital del país. Habían salido desde Santiago de Cuba, por el camino viejo de El Cobre, luego tomaron la Carretera Central hasta Palma Soriano, y de ahí continuaron la marcha victoriosa.
Durante todo el trayecto el pueblo saludaba a los combatientes de la Sierra Maestra. Los pobladores se lanzaban alegres a las calles, para esperar a aquellos hombres de verde olivo que arribaron a La Habana la histórica tarde del 8 de enero de 1959…
Risas, saludos, gritos de ¡Viva Cuba libre! se escuchaban en las calles. Cientos de banderas cubanas y del Movimiento 26 de julio ondeaban con la brisa invernal de ese día de victoria y libertad. Sonaban las sirenas de los barcos anclados en el puerto, el ruido de las bocinas de los autos inundaba la ciudad y, junto a los silbatos de las fábricas, fueron disparadas 21 salvas por la Marina de Guerra.
Las Palomas, como emblema de la paz volaban auguraban otro porvenir para la Patria, y simbólicamente, una de ellas se posó en el hombro de Fidel cuando hablaba al pueblo:
“La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo será más difícil”, dijo el líder como una profecía, y agregó:
“El pueblo es invencible. Y el pueblo fue quien ganó esta guerra, porque nosotros no teníamos tanques, nosotros no teníamos aviones, nosotros no teníamos cañones, nosotros no teníamos academias militares, nosotros no teníamos campos de reclutamiento y de entrenamiento. El pueblo, el pueblo ganó la guerra”. Era el 8 de enero de hace 66 años. La llegada de la Revolución marcó el inicio de una serie de transformaciones sociales, políticas y económicas en beneficio del pueblo, que aún continúan su bregar.
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