Se acerca el cierre de otro año complejo. Para los cubanos, incluidos nosotros, los habitantes de la Isla de la Juventud, lo ha sido en todos los ámbitos. Bien se sabe quién es el principal responsable: se trata del empeño imperialista de dividir al pueblo y, con ello, derrocar la Revolución Cubana.
Ante la estrategia enemiga de dividirnos, el llamado de la dirección del país es a “la unidad como nuestra principal arma estratégica”, así lo manifestó el presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez en su más reciente discurso.
Estamos viviendo a escala global un escenario internacional peligrosamente convulso, marcado por guerras en curso y amenazas de guerra, con efectos económicos de los cuales Cuba no escapa. Y, más que las acciones que hagamos en la práctica para soslayar estos efectos, urge mantener la unidad, esa cualidad intangible que da al traste con la Fuerza.
Ubicándonos en lo que vivimos hoy, pudiéranos dudar de la unidad como algo que aún nos dintinga porque, entre otros males, en el bregar cotidiano lidiamos con muchas acciones de individualismo.
Sin embargo, no todo está perdido. Usted coincidirá conmigo en que mantenemos la esencia de la unión entre los cubanos fomentada después del triunfo revolucionario.
Existe cohesión desde el barrio para socorrer al vecino que necesite ayuda; en otros escenarios somos testigos de la voluntad de muchas personas para “encontrar” un medicamento que falte en un hospital y sea necesario para curar a un enfermo.
También ha sido visible este año la cultura de la unidad y solidaridad del pueblo primero tras la ocurrencia de eventos meteorológicos y otros incidentes para que ninguna familia quede desamparada.
Pero, como dije antes, en la isla, como en todo el país, vemos actitudes individualistas que nos remiten a la ley de la selva y son la otra cara de la moneda, casi todas motivadas por las carencias. Y ahí está la brecha que le damos al enemigo para cumplir su plan napoleónico de “divide y vencerás”. Nosotros debemos practicar el nuestro.
Para los pineros que decidimos apostar por Cuba, por nuestro suelo, es prioridad luchar porque prevalezcan la empatía y el buen corazón. De eso se trata: Plan contra plan, como dijo Martí. Que nuestro plan de hoy sea, frente al año tremendo que está a las puertas, mantenernos unidos, como exhortó Díaz Canel recientemente: La unidad es nuestra principal arma estratégica.
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