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Miguelito Valdés, un cantante de éxito

Publicación: 4 Dic, 2024

Categorías: Culturales

Fue uno de los más geniales cantantes de nuestros ritmos populares. Aunque nació en el barrio de Belén en 1916, muy pronto se radicó con su familia en Cayo Hueso, otras de las barriadas habaneras de mayor concentración de gente humilde.

Con apenas trece años trabajaba como mecánico de automóviles, actividad que compartía con el canto y el boxeo, sus dos grandes aficiones. Aunque en 1923 llegó a pelear, adscrito a la federación cubana de ese deporte, muy pronto su pasión por la música triunfó por encima de cualquier otra.

En 1929 se relacionó con la trovadora María Teresa Vera. Con el Septeto Occidente que ella dirigía trabajó como voz corista en las academias de baile Sport Antillano, Rialto y Havana Sport. Además de la charanga de Ismael Díaz, transitó por laotras orquestas.

Más tarde ingresó en la Hermanos Castro, una de las jazz band cubanas más solicitadas de la época y fue uno de los cantantes habituales de esta agrupación bautizada como la de “ritmo inigualable”.

La orquesta Casino de la Playa fue el próximo destino musical de Miguelito Valdés, quien estuvo entre sus fundadores en 1937. Dada las exigencias de los centros nocturnos donde se presentaba, todos los músicos de esta agrupación eran blancos, excepto su principal atracción: el mulato Miguelito Valdés. Considerada la más versátil y dinámica de la época por su estilo, la Casino de la Playa realizó sus primeras grabaciones para la RCA Víctor ese mismo año. Entre ellas la de “Bruca maniguá”, tema de Arsenio Rodríguez que se convirtió en uno de los emblemáticos del repertorio de Miguelito Valdés. También se incluyeron títulos como el bolero-son “Dolor cobarde”, la guaracha “Mi tambó” y la conga “Los venecianos”.

La agrupación llevó al mundo del disco el afro “Babalú”, de Margarita Lecuona, el cual devino carta de presentación de Miguelito Valdés y le hizo ganar el apodo de Mister Babalú. Con la Casino de la Playa logró una inmensa popularidad como intérprete de diferentes vertientes de nuestra música, pero en especial de los ritmos afro, que se convertirían en su sello fundamental.

Dotado de gran alcance y versatilidad como cantante, Miguelito Valdés defendió con éxito boleros, sones, rumbas, pregones, congas y afros en su personal y carismático estilo interpretativo.

Tiempo después abandonó la orquesta Casino de la Playa con el propósito de marcharse a Estados Unidos. Por entonces se presentó en centros nocturnos newyorkinos y actuó por temporadas con Machito y sus Afrocubans, orquesta con la que también hizo grabaciones. Disfrutó de un éxito ilimitado en New York con la interpretación de los ritmos populares cubanos, principalmente la conga, en lo que tuvo innumerables imitadores. Allí se le consideró un Showman al entonar en su voz nuestros pregones, guarachas y cantos negros que también llevó al mundo del disco y a numerosas películas.

Miguelito Valdés falleció en noviembre de 1978 en Bogotá, mientras actuaba en un centro nocturno acompañado de la orquesta dirigida por Tomás Santí. Pero sus interpretaciones perduran en el tiempo a través de esa extensa labor discográfica que nos legó.

Tomado de RHC Grisel Chirino

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