El cierre de octubre toca las puertas. El mes ha marcado otoños y primaveras en los hemisferios Norte y Sur, respectivamente. También están por ser historia lo bueno y lo malo del acontecer en 31 días.
Lo mismo sucedió hace más de medio siglo. Pero en Cuba, en dos octubres de diferentes épocas no importaron las estaciones porque fueron luctuosos para el pueblo: pasaron a la memoria como el adiós físico a Ernesto Guevara de la Sena y a Camilo Cienfuegos Gorriarán.
La jornada Camilo-Che, se desarrolla todos los años del 8 al 28 de octubre, fechas que marcan la caída del Che Guevara, asesinado en Bolivia en 1967, y se extiende hasta el día 28, momento de la desaparición de Camilo cuando la avioneta en que se transportaba desapareció en el mar en 1959.
Estos dos grandes de la historia patria, se recuerdan en Cuba como ejemplos de lealtad a la causa de la Revolución, al máximo Líder Fidel Castro Ruz y la entrega sin límites a la definitiva libertad de Cuba.
El pensamiento y accionar de estos hombres, permanecen en el pueblo cubano y de otras geografías fuera del territorio nacional. Son 20 días para rendir homenaje al joven de la sonrisa amplia y el sombrero Alón, y al médico guerrillero que cambió el asma por el fusil, y que antes se puso al servicio de los enfermos en el Amazonas, se estremeció ante la explotación de los mineros al pie de las milenarias montañas, imperadas por los incas.
Cantos y flores para ambos en octubre, para el muchacho que gustaba de la pintura y que se unió a Fidel; y para el argentino de habla hermosa que se sumó a los hombres del líder cubano en México para venir por la libertad del verde caimán caribeño.
Che Guevara y Camilo Cienfuegos, iguales en ideología y valores morales. Che Guevara, la sierra, los montes y las selvas; Camilo Cienfuegos, la risa, el viento y el mar. El Che guerrillero y fotografiado miles de veces antes y después de la muerte; Camilo valiente y ocupado en pleno vuelo, Camilo cayendo al mar como una semilla. Che y Camilo, que andan vivos en pos de una causa, y unidos en el abrazo de todos los octubres.
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