Era finales de agosto de 2005 cuando el huracán Katrina, de categoría cinco, recorrió el sur de Estados Unidos y arrasó desde la Florida hasta Texas, y se ensañó en Nueva Orleans, que quedó inundada por su frágil sistema de diques.

En pocos días, el 19 de septiembre del propio año, nació la historia de una brigada médica integrada por profesionales especializados en situaciones de desastres y que lleva el nombre de Henry Reeve.

Fue el líder de la Revolución, Fidel Castro,  quien ofreció en esos momentos al gobierno norteamericano la ayuda de los galenos para paliar las consecuencias del desastre, pero Cuba nunca recibió respuesta.

La brigada llegó días después a Guatemala, afectada por inundaciones. Una semana más tarde dos mil 500 colaboradores de la salud viajaron a Pakistán, donde un terremoto de 7,6 grados dejó sin vida a 70 mil personas.

Más cercano en el tiempo, en 2014, un grupo de estos profesionales viajó a Sierra Leona, Guinea y Liberia, los países más castigados por el ébola, y lograron salvar la vida a unas siete mil personas, según cifras oficiales.

El enfrentamiento a la Covid-19 resulta el trabajo más reciente del Contingente Henry Reeve. Prestó su solidaridad en tres estados europeos: Andorra, Azerbaiyán e Italia.

Antes, ya había llegado hasta Indonesia, Islas Fiyi, Nepal, a África Subsahariana, el Caribe y toda América Latina, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait para socorrer a víctimas de enfermedades, terremotos, inundaciones, deslaves, huracanes.

El Premio a la Paz de los Pueblos fue uno de los más recientes lauros concedidos al Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, creado un día como hoy hace 19 años.

Ese galardón le fue otorgado por 100 organizaciones y más de 400 mil personas en Estados Unidos, las cuales apoyaron la nominación del grupo sanitario cubano para el Premio Nobel de la Paz en 2021.

Además, la Organización Mundial de la Salud distinguió a la brigada con el premio de Salud Pública en Memoria del Doctor Lee Jong-wook, durante la 70 Asamblea General de la entidad sanitaria global en su sede en Ginebra.

¿Qué decirles hoy a estos valientes? En este nuevo aniversario lleguen a ellos, otra vez las palabras de Fidel, el fundador, del líder que los agrupó para esa humana labor:¡“Vivan los médicos capaces de vencer a la muerte”, Viva el glorioso contingente Henry Reeve!” .