Donald Trump y Kamala Harris se enfrentarán este 10 de septiembre en el único duelo televisivo que protagonizarán, apenas 2 meses después de la debacle que sacó de la contienda al presidente Joe Biden. Sputnik analiza cuáles son los desafíos de cada campaña, así como los pros y contras de cada estrategia.
A menos de 8 semanas de que se celebren las elecciones presidenciales en EEUU, y cuando en algunos estados ya está por iniciar el período de votación por correo, el exmandatario Donald Trump y la actual vicepresidenta, Kamala Harris, se enfrentarán por primera vez en un escenario este 10 de septiembre, en un debate organizado por la cadena ABC desde el Centro Nacional de la Constitución, en la ciudad de Filadelfia.
Hasta el momento, el duelo televisivo, que durará 90 minutos y contará con dos pausas comerciales, será el único enfrentamiento pactado entre los dos candidatos, pese a que es tradición que los aspirantes a la Casa Blanca se presenten a debates por lo menos en 3 oportunidades (cuatro si se añade el enfrentamiento entre los candidatos a vice), otra señal de la particularidad de este ciclo electoral en EEUU.
Y es que no solo Trump será por tercera vez consecutiva el aspirante a la presidencia por parte del Partido Republicano, algo que nunca había sucedido en la larga historia del Grand Old Party, sino que el pasado 21 de julio, en uno de los episodios más insólitos de la política estadounidense reciente, el presidente Joe Biden renunció a presentarse a la reelección.
Su decisión ocurrió 3 semanas después de que su campaña se derrumbó tras su desastroso desempeño en el debate ante Trump, que evidenció un declive cognitivo que la Casa Blanca había intentado ocultar durante meses, pero que resultó innegable ante las cámaras de CNN.
La renuncia de Biden abrió paso para la ratificación directa de Harris como la candidata demócrata sin la realización de internas o una discusión al interior del partido gobernante, algo también infrecuente en la política nacional y que evidenció la desesperación de los demócratas.
El breve y tumultuoso período de campaña que dio inicio con el primer debate presidencial no solo fue marcado por la salida de Biden, sino también el intento de asesinato de Trump durante un mitin, la guerra subterránea entre la facción afín al expresidente Barack Obama de los demócratas y del equipo del actual mandatario —en la que se terminaron imponiendo los primeros—, la renuncia del popular candidato independiente Robert F. Kennedy Jr, y una corta pero fulgurante Kamala-manía tras su ascenso al frente de la fórmula presidencial de su partido.
Pese a todo, la contienda electoral se encuentra prácticamente empatada, con ambos aspirantes exhibiendo casi el mismo nivel de voto a nivel nacional y emparejados en cuanto al posible triunfo en los swing states, claves para triunfar en el Colegio Electoral.
Esta paridad, con Harris mejorando notablemente las alicaídas cifras de intención de voto de Biden, pero sin lograr acrecentar el tradicional porcentaje de un candidato demócrata de las últimas elecciones, hacen que este debate sea de vital importancia para ambas campañas, que consideran que, como pasó en los comicios anteriores, el resultado será definido por un puñado de miles de votos y que la televisación del debate presidencial, con una audiencia de decenas de millones de espectadores, es el escenario ideal para intentar captar adhesiones.
“Harris buscará despegarse de Biden”
Para Samuel Losada, internacionalista egresado de la Universidad de Belgrano, el principal desafío de Harris será intentar despegarse del presidente Biden, quien exhibe uno de los números de aprobación más bajos de la historia moderna del país. Además, debe presentar sus propias propuestas de Gobierno, como ya lo ha hecho recientemente anunciando una política fiscal distinta a la de su propia administración y un endurecimiento de la política migratoria con respecto a las leyes actuales.
“Esta estrategia de querer mostrarse a la vez como la continuidad y lo distinto requiere de un grado de habilidad comunicacional importante, pero Harris ha demostrado en este breve tiempo como candidata que es una política audaz y camaleónica, y que no tiene problemas en distanciarse de las posiciones que defendió como precandidata presidencial para el 2020 y como vice, pero afirmar que sigue teniendo de todas formas los mismos valores”, señala el experto.
Así, el especialista destaca que Trump buscará recordarles a los espectadores que Harris es la segunda en un Gobierno marcado por la inflación y la inmigración ilegal que registran cifras récord, mientras que ella, por su parte, intentará despegarse en lo que le convenga de la actual administración, enfocando su discurso en críticas al expresidente republicano en lugar de reivindicar al actual mandatario.
Losada señala además que si bien Harris no tiene la misma experiencia en debates presidenciales que Trump, que participó en tres en el 2016 contra Hillary Clinton y otros tres contra Biden, además de las primarias en su primera campaña por la candidatura republicana, la exsenadora sí tiene una frondosa trayectoria como fiscal de San Francisco y luego del estado de California, por lo cual está acostumbrada a presentar sus argumentos para intentar persuadir a un jurado.
“Harris es una mediocre comunicadora cuando está respondiendo preguntas en reportajes, básicamente porque no le gusta ser confrontada y se muestra evasiva. Pero cuando ella lleva la voz cantante, como por ejemplo cuando lo hizo durante distintas audiencias de confirmación en el Senado, cumple el rol de fiscal de una manera muy efectiva, por lo cual creo que buscará rápidamente pasar al ataque, que es cuando se siente más cómoda y es cuando sus intervenciones se han hecho virales”, recuerda Losada.
Al respecto, destaca que la candidata demócrata tiene el reto de no lucir arrogante. Como ejemplo, pone el caso del debate de 2016, en el que Hillary Clinton manifestó una constante actitud de desestimación de Trump como aspirante presidencial.
En ese sentido, el especialista advierte que el debate será la instancia más extensa —y sin la ayuda de un guion, como en su discurso en la Convención Nacional Demócrata— en la que Harris deberá hablarle al electorado de EEUU desde que asumió como candidata presidencial, por lo cual se trata de una circunstancia que conlleva un alto riesgo.
“Harris tiene muchos flancos, y Trump no es conocido por ser un político caballeroso y diplomático, por lo cual creo que será un debate retóricamente pugilístico y tenso para Harris”, señala.
“Si Trump se enfoca en su mensaje, tiene una gran ventaja”
Por su parte, Losada señala que el candidato presidencial republicano tiene una serie de desafíos muy distintos a los de Harris, algunos de ellos vinculados al cambio de rival en medio de la campaña, cuando toda la atención estaba puesta en las fallas del presidente demócrata.
“De cierta manera, en el debate pasado, Trump tuvo suerte porque su desempeño no fue precisamente brillante, pero Biden estuvo tan errático y se vio tan débil, que casi nadie habló posteriormente de sus respuestas, todo el foco estuvo puesto en el mal estado del presidente, el futuro de su candidatura y la revuelta de todo el partido y los votantes en su contra”, señala.
El experto destaca así que la situación actual es distinta, esto debido a que, ahora, Trump es el candidato de más edad, con 78 años. Además, sostiene que es necesario que el exmandatario refresque su discurso electoral.
En ese sentido, Losada asegura que Trump cuenta con algunas ventajas con respecto a Harris y es que, si bien, su propia personalidad puede ser controversial o hasta resistida por una parte amplia del electorado, la mayoría de sus posturas y sus críticas son más populares que las posiciones de Harris y el Gobierno demócrata.
“Si Trump se enfoca en las críticas a la política migratoria de Biden, o a su economía con bajo crecimiento y altos precios, o la utilización de fondos públicos para financiar conflictos extranjeros, ya sea Ucrania o el Medio Oriente, todas cosas impopulares, el republicano tiene una ventaja importante sobre Harris. Si, por el contrario, utiliza sus minutos para hablar de la birracialidad de Harris, o para sugerir que es una comunista secreta, algo que nadie cree, eso beneficiará a Kamala. Trump es un gran showman, pero también es indisciplinado”, concluye.
Tomado de Sputnik
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