En un mundo donde el turismo masivo domina muchos destinos, existen rincones casi desconocidos que ofrecen experiencias únicas. Son verdaderos tesoros ocultos, perfectos para quienes buscan aventuras fuera de lo común (y se lo pueden permitir económicamente).
Algunos países, como España, Grecia, Francia y Estados Unidos, atraen a millones de visitantes anualmente, mientras que otros destinos reciben muchos menos turistas. Bangkok (Tailandia) es, actualmente, la ciudad más visitada del mundo, con aproximadamente 22 millones de visitantes cada año.
Pero los lugares que visitamos hoy se encuentran en el extremo opuesto de esta tabla. Puede que te cueste un poco llegar a ellos, pero estos destinos exóticos te recompensarán por ello con un remanso de tranquilidad. Son algunos de los rincones menos transitados de todo el mundo y te contamos qué puedes esperar encontrar cuando llegues allí.
Explora la belleza de los destinos más desconocidos del mundo
¿Por qué algunos de estos lugares son tan poco frecuentados a pesar de su belleza? Pues muchos, precisamente, es por su lejanía y desconexión del mundo. Sin ir más lejos, las islas situadas en el océano Pacífico no tienen un acceso sencillo ni tampoco barato, por lo que es uno de los motivos que puede disuadir al turista. Como contraparte, cuentan con una belleza, tranquilidad, autenticidad y asequibilidad iguales o más extraordinarias que otros lugares más populares y masivos, sobre todo en verano. Repasamos los lugares/países menos visitados del mundo:
Tuvalu, el país menos visitado del mundo
Tuvalu, que consta de nueve atolones de baja altitud, es uno de los países menos visitados debido a su ubicación remota y a su infraestructura limitada. A pesar de ello, sus impresionantes playas y su rica cultura polinesia lo convierten en un destino en el que merece la pena parar. Como consejos para los más aventureros, también podrás sumergirte en la música y la danza tradicionales, lo que ofrece una oportunidad única para experimentar una cultura que en gran medida no ha sido tocada por el turismo de masas.
Montserrat, Caribe
Conocida como la “Isla Esmeralda del Caribe”, es una de las islas de Barlovento, que forman parte de las Antillas Menores. Montserrat ofrece paisajes exuberantes y una rica historia cultural. Sin embargo, el volcán Soufrière Hills, que entró en erupción en la década de 1990, ha dejado gran parte de la isla inhabitable, lo que ha hecho que los turistas hayan dejado de ir. Sin embargo, explorar el Observatorio del Volcán de Montserrat y caminar por las verdes colinas para presenciar la naturaleza de la isla, no tiene precio.
Kiribati, Pacífico central
Este lugar se extiende a ambos lados del ecuador y es un destino ideal para quienes buscan escapar del mundanal ruido, como suele decirse. Sus 33 atolones e islas de arrecifes son ricas en biodiversidad marina, convirtiéndolo en un paraíso para los buceadores y los amantes del esnórquel. Es un lugar muy aislado repleto de lagunas y playas de arena blanca donde el silencio prima allá donde mires y solo escucharás los sonidos de la naturaleza. Es una zona de escasa vegetación, ya que el suelo es bastante salino y árido pero podrás encontrar cocoteros y pandanos en tierra y, gansos y tortugas en sus aguas.
Niue, Pacífico sur
Niue, un pequeño atolón de coral en el Pacífico sur, es una de las islas de coral elevadas más grandes del mundo. Sus aguas cristalinas y sus acantilados de piedra caliza crean un espectacular telón de fondo para el esnórquel y el buceo. Con una población de poco menos de 2.000 habitantes, representa un refugio tranquilo lejos de las ciudades y los puntos turísticos más populares. Conocida como ‘Roca de Polinesia” (¿sabías que tenemos una ‘Polinesia en España’?), los visitantes pueden explorar las cuevas, los abismos y la rica vida marina de la isla.
Saba, Caribe neerlandés
Esta pequeña isla de solo 18 kilómetros cuadrados, conocida como la “Reina virgen“, cuenta con exuberantes selvas tropicales y el pico más alto de los Países Bajos, que es el monte Scenery (con una elevación de 887 metros). El encanto de Saba reside en su tranquilidad. Allí viven también menos de 2.000 habitantes. Puedes hacer senderismo para contemplar unas vistas espectaculares o practicar buceo y contemplar sus prístinos parques marinos.
Santa Elena, océano Atlántico Sur
A más de 1.800 kilómetros de distancia de la costa occidental de Angola, esta isla es famosa por ser el último exilio de Napoleón Bonaparte (sirvió de prisión militar para el emperador francés). Santa Elena sigue siendo una de las islas habitadas más remotas del mundo (con poco más de 4.000 habitantes). Sus paisajes escarpados, su rica historia y su fauna única, incluido el endémico pájaro de alambre (Charadrius sanctaehelenae) que tiene unas patas tan delgadas que parecen hechas de alambre, la convierten en un destino cautivador para el viajero aventurero. El aislamiento de la isla garantiza un viaje al pasado, libre de las trampas del turismo moderno.
Nauru, Micronesia
Nauru, el tercer país más pequeño del mundo, ofrece a los viajeros una mirada poco común a una nación insular que enfrenta desafíos ambientales y económicos. A pesar de su pequeño tamaño, con una superficie de 21 kilómetros cuadrados y unos 12.780 habitantes, los ricos depósitos de fosfato han dado forma a su historia; la economía de la isla depende de ello. Aunque no hay mamíferos autóctonos en esta isla, puedes encontrarte aves como el carricero de Nauru, que se encuentra en peligro de extinción. Los visitantes pueden explorar sus paisajes únicos, desde la exuberante laguna de Buada hasta las inquietantes cuevas de Moqua.
Razones para visitar los lugares menos conocidos del planeta
Si bien los sitios turísticos tradicionales suelen atender a multitudes internacionales con muchas comodidades, los lugares menos conocidos ofrecen una experiencia cultural más auténtica. Puedes interactuar de forma mucho más cercana con la población local. También muchos de ellos cuentan con paisajes naturales intactos que ofrecen una belleza prístina que rara vez se encuentra en lugares turísticos más frecuentados. Y, para los amantes de las emociones fuertes, estos rincones ofrecen actividades y aventuras que son, ante todo, emocionantes. Y, recuerda que visitar este tipo de lugares también contribuye al turismo sostenible y ayuda a preservar la autenticidad de estas regiones.
Tomado de Muyinteresante
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