París, Ariarne Elizabeth Titmus, a sus 23 años, cuelga su primera medalla de oro en la natación de los Juegos Olímpicos de París, con una mirada de reojo desafiante hacia la estadounidense Katie Ledecky.
Titmus dominó sin problemas los 400 libres con 3:57.49 minuto, la jovencita canadiense Summer McIntosh, de 17 años, con 3:58,37, sacó las uñas a Ledecky (4:00.86 minutos), en un pulseo entre las nuevas generaciones y una veterana de mil campaña.
Empero, a la norteamericana le queda mucha cuerda, suficiente como para aspirar a convertirse en la reina de la natación de París 2024. Ya tiene siete preseas doradas y 11 en total en sus anteriores actuaciones en citas cuadrienales y con la presión de la australiana y la canadiense, entre otras contendientes, a sus 27 años le queda combustible para volver a encumbrarse.
Un gran comienzo con toda la energía para seguir luchando por los primeros lugares; Katie es una competidora extraordinaria con un palmarés impresionante, será difícil vencerla otra vez, pero vengo aquí por todo, declaró a la prensa Ariarne Titmus.
McIntosh, exultante con sus progresos, mientras Ledecky, sobria, aparentemente satisfecha y lista para dar la pelea en sus distancias preferidas, 800 y 1,500 metros libres.
Una fecha inicial que dejó buenas sensaciones en la actuación del alemán Lukas Maertens, campeón de los 400 libres con un registro cercano a la primacía del orbe (3:41.78) que todavía conserva su compatriota Paul Bierdermann desde 2009, con 3:40.07.
Fue una final frenética con cambios de posiciones en los últimos 150 metros, salvo Maertens, muy consistente, en tanto dos australianos alternaban con el segundo puesto, Samuel Short, y por último Elijah Winnington con 3:42.21 minutos para batir al sudcoreano Woimin Kim en los últimos metros (3:42.50). El brasileño Guilherme Costa, debió conformarse con el quinto puesto.
Durante la velada en una de las pocas instalaciones nuevas de los Juegos, La Defense Arena, algunos expertos se preguntaban si el récord de Biedermann sigue vigente por haberse hecho con traje de baño de poliuretano, proscrito en 2010 por la Federación Internacional de Natación. En todo caso, Maertens deberá seguir con la regla, aunque anda cerca del más longevo registro de este deporte.
Ya en el plano de los relevos, Australia batió la primacía olímpica en el relevo 4×100 libres, con crono de 3:28.92 mejorando el suyo propio de Tokio 2020, esta vez con Mollie O’Callaghan, Shayna Jack, Emma McKeon y Meg Harris, escoltadas por Estados Unidos y China, que marcaron plusmarcas de América y de Asia, respectivamente.
En la rama masculina, los papeles se invirtieron y EEUU comenzó a mostrar músculo liderado por Caeleb Dressel, secundado por Jack Alexy, Chris Giuliano y Hunter Armstrong, con tiempo de 3:09.28 minutos, superando a Australia, plata, y a Italia, bronce en un reñido final contra China.
Probablemente se dio también entre los tritones el despertar de una de las figuras que dejarán su nombre entre las glorias estadounidenses de París 2024: Caeleb Dressel.
La mesa quedó más que servida para el duelo eterno entre Australia y EEUU, con la ondina del gigante norteño con el segundo récord olímpico de la fecha, en semifinales de los 100 metros mariposa con 55.38 segundos.
El británico Adam Peaty confirmó las expectativas en su calidad de plusmarquista mundial de los 100 metros braza, modalidad que domina en otras distancias. Detuvo los relojes en 58.86 segundos, más que suficiente, y sin demasiado esfuerzo.
Tomado de PL Por Fausto Triana, enviado especial
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